Se muestran los artículos pertenecientes a Diciembre de 2014.
Por Rafael Labrada Díaz
Los pobladores de la provincia de Las Tunas realizaron diversas
actividades para rendir tributo al Mayor General Antonio Maceo y
Grajales, al cumplirse el aniversario 118 de su caída en combate,
en un encuentro sostenido con tropas españolas en la finca San
Pedro, en La Habana, el siete de diciembre de 1896.
Obreros, estudiantes, campesinos, miembros de la
Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana,de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del
Interior y pueblo en general realizaron peregrinaciones y
actos patrióticos para homenajear a Maceo, a Panchito
Gómez y a los internacionalistas cubanos caídos
por la independencia de otros pueblos.
El siete de diciembre de 1989, se depositaron en
panteones construidos en los cementerios de los
municipios los restos de los combatientes
internacionalistas caídos en Angola, Etiopía y otras
naciones, a fin de que lograran su plena independencia
del yugo opresor neocolonialista e imperialista.
Esos hombres fueron fieles seguidores del ejemplo del
Titán de Bronce, quien realizó las más disímiles proezas
militares entre las que figura la invasión de Oriente a
Occidente para poner en pie de lucha a toda la Isla, con lo
cual puso en una situación muy difícil al alto mando militar
de España.
Luego de esta hazaña, Maceo se dirigía al potrero La Jía,
cerca de Punta Brava, pero tropezó con una cerca que le
impedía el paso para cumplir el propósito de caer sobre el
enemigo; en esas circunstancias, una bala le dio en el
rostro, se mantuvo unos instantes sobre su caballo y
se desplomó.
Su ayudante, Panchito Gómez Toro, hijo del Mayor General
Máximo Gómez, acudió a su auxilio y ofreció su vida en aras de
proteger el cadáver de su querido jefe, el héroe de tantas batallas
victoriosas libradas en los más disímiles parajes de la patria
colonizada por los colonialistas peninsulares.
El Mayor General Antonio Maceo se incorporó a la lucha por la
libertad de Cuba pocos días después del Grito de la Demajagua,
protagonizado por Carlos Manuel de Céspedes en 1868, quien
liberó a sus esclavos y se levantó en armas contra las tropas
europeas, junto a un grupo de patriotas orientales.
La contienda duró diez años, al cabo de los cuales, los
insurrectos camagüeyanos y decidieron firmar un tratado de
paz con los españoles, en virtud de una política de paz
aplicada por el gobernador de la Isla, Arsenio Martínez
Campos, la cual incluía el cese de las hostilidades, pero sin
conceder la independencia de Cuba.
Es entonces cuando en la zona oriental el Mayor General
Antonio Maceo ignoró tal acuerdo y en entrevista con Martínez
Campos, efectuada el 15 de marzo de 1878, le hace saber
que los patriotas de esa región continuarían la guerra contra
España hasta lograr la total libertad de la Mayor de las Antillas.
Esa conducta pasó a la historia como La Protesta de Baraguá
la cual constituyó una viril respuesta de los insurrectos del
oriente cubano a los planes pacificadores de las autoridades
españolas, por cuanto en el Pacto del Zanjón no se plasmaba
la independencia de Cuba, causa principal por la que tantos
hijos de la patria habían regado su generosa sangre.
Los patriotas orientales se mantuvieron un tiempo en pie de
guerra, pero las condiciones no eran propicias para continuar
la lucha en ese momento y decidieron marchar hacia el exterior,
a fin de reorganizar las fuerzas y regresar a la Isla para proseguir
la guerra contra España.
Al estallar la Guerra de Independencia, el 24 de febrero de 1895,
Antonio Maceo retornó a la patria y se incorporó de nuevo al
Ejército Libertador, hasta que al año siguiente cae en combate,
luego de haber realizado la proeza de realizar la invasión de
Oriente a Occidente para cumplir el plan estratégico de los
cubanos de poner a todo el país en pie de lucha.
Por Rafael Labrada Díaz
Los gobiernos de turno que detentaban el poder en Cuba antes de 1959, mantenían una sistemática represión contra estudiantes, obreros y campesinos y, sobre todo, cuando a su juicio se ponía en peligro la existencia de aquella dominación clasista por la cual eran capaces hasta de torturar y asesinar.
El 14 de diciembre de 1950, Fidel Castro Ruz, presidente de la Asociación de Estudiantes de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de La Habana, asume su propia defensa, en la causa 543, ante el Tribunal de Urgencia de Las Villas, provincia de entonces situada en el centro de Cuba.
En aquel arbitrario proceso, también estaba implicado Enrique Benavides, dirigente de la Asociación de Estudiantes de la Carrera de Derecho, a quien las autoridades de la ciudad de Cienfuegos habían acusado, junto a Fidel, de promover la huelga en centros educacionales de esa región central del país.
En realidad, ambos dirigentes estudiantiles habían viajado a esa ciudad invitados por una organización de alumnos cienfuegueros, pero en la localidad el día 12 de noviembre de 1950 ocurrieron actos en protesta por una Resolución del entonces Ministro de Educación, la cual originó, asimismo, un movimiento de paros en diversos planteles educacionales.
La multitud de estudiantes se congregó frente al Instituto primero, y del ayuntamiento después, donde resultó brutalmente agredida por la fuerza pública, con el propósito de dispersarla y frenar aquel movimiento justo de los jóvenes en desacuerdo con el contenido del documento gubernamental.
En medio de tales sucesos, Fidel y Enrique fueron arrestados por la policía y vejados en su tránsito hacia la vecina ciudad de Santa Clara, capital de la provincia, como prueba de la brutal represión del régimen de turno, que arremetía contra todo aquello que pudiera poner en peligro sus intereses.
Ya bajo libertad condicional, Fidel Castro Ruz asume su propia defensa, en la cual denunció los desmanes cometidos por el gobierno corrupto, encabezado por el presidente de la República, Carlos Prío Socarrás, y el tribunal no le quedó otra alternativa que declararlos absueltos.
Casi tres años después, el joven abogado Fidel se vio obligado nuevamente a asumir su propia defensa cuando fue procesado como jefe del asalto al cuartel Moncada, hecho ocurrido el 26 de julio de 1953 en la oriental ciudad de Santiago de Cuba, ocasión en la que dio a conocer el programa de la revolución conocido como la Historia me Absolverá
Por Rafael Labrada Díaz
Los profesores de la Universidad de Las Tunas Vladimir Ilich Lenin se pronunciaron por perfeccionar el proceso docente educativo, con la finalidad de lograr mejores resultados en el presente curso escolar, respecto al precedente, en aras de responder con mayor eficacia al encargo social.
Esa decisión se patentizó durante el acto efectuado en el plantel con motivo del Día del Educador y de la celebración del nuevo aniversario del triunfo de la Revolución, momento propicio para reconocer el esfuerzo de un grupo de trabajadores docentes en las diversas tareas.
Durante el encuentro, los presentes expusieron sus experiencias en el quehacer en las aulas y destacaron la necesidad de elevar la labor político-ideológica con los alumnos, como vía de formar profesionales preparados integralmente como requiere el desarrollo de la sociedad cubana.
La ocasión fue propicia para que un grupo de profesores recibiera el reconocimiento de la dirección de la casa de altos estudios por los resultados alcanzados en la educación de postgrado, en el trabajo docente educativo, en la labor docente metodológico y en la superación profesional.
En el encuentro efectuado en la Universidad de Las Tunas también se entregaron diplomas a profesores que durante el curso han sobresalido en la dirección del trabajo científico estudiantil, en la educación de posgrado, en la atención a la universalización, en las publicaciones científicas y en otras tareas.
La Federación Estudiantil Universitaria entregó galardones a quienes han realizado un esfuerzo extraordinario en apoyo al cumplimiento de los planes de la organización y a su funcionamiento en general, a fin de que pueda cumplir el papel que le corresponde como institución de los jóvenes.
Durante el encuentro, también se entregaron distinciones conferidas por el Sindicato Nacional de la Educación a quienes cumplen 15 y 20 años de labor interrumpida en el sector y la Medalla Rafael María de Mendive, conferida por el Consejo de Estado a una profesora que se ha mantenido en las aulas por más de 25 años.
Plantilla basada en http://blogtemplates.noipo.org/
Blog creado con Blogia. Esta web utiliza cookies para adaptarse a tus preferencias y analítica web.
Blogia apoya a la Fundación Josep Carreras.