LOS TERRORISTAS TIENEN ABRIGO EN ESTADOS UNIDOS
Por Rafael Labrada Díaz.
El 16 de noviembre del año 2000, las autoridades panameñas
detuvieron a los terroristas de origen cubano Luis Posada
Carriles, Guillermo Novo Sampol, Gaspar Jiménez Escobedo y
Pedro Crispín Remón Rodríguez, tras una denuncia de Cuba,
cuyos representantes aportaron pruebas irrebatibles de la
fechoría que planeaban.
Esos individuos pretendían atentar contra la vida del presidente
cubano Fidel Castro Ruz, durante la celebración de la Décima
Cumbre Iberoamericana en Panamá, para lo cual habían
introducido en esa nación materiales explosivos y otros medios
bélicos, a fin de consumar la acción.
Los terroristas planearon llevar a cabo su macabro plan en el
Paraninfo de la Universidad de la capital panameña, lo cual
hubiese provocado un sinnúmero de víctimas entre los
estudiantes y profesores asistentes a un acto de solidaridad con
Cuba, organizado por ese alto centro de estudios.
Posada Carriles ya antes había provocado la muerte a varias
personas, cuando planeó y dirigió un sabotaje contra un avión de
Cubana de Aviación en Barbados en pleno vuelo.
Entre los pasajeros a bordo se encontraba una delegación de
esgrimistas de la Mayor de las Antillas, que regresaba victoriosa
a la Patria, luego de participar en un certamen internacional.
El hecho conocido como el crimen de Barbados ocurrió en los
años setenta y aun permanece no solo impune, sino que su autor
intelectual y sus ejecutores, se pasean libremente por las calles
de ciudades de Estados Unidos, mientras tres cubanos
continúan cumpliendo severas condenas en cárceles
norteamericanos, precisamente por combatir el terrorismo.
Contra todo basamento ético y legal, en agosto de 2004, la
entonces presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, indultó a los
cuatro asesinos y posibilitó su salida subrepticia del país y su
traslado hacia Estados Unidos, donde permanecen sin pagar
por los crímenes que han cometido. .
0 comentarios