CUBA NO SE RENDIRÁ JAMÁS
Por Rafael Labrada Díaz
El gobierno norteamericano sigue empecinado, como sus antecesores, en adoptar medidas hostiles contra Cuba, dirigidas a asfixiar al pueblo de la Isla, crear descontento y desesperación para que se rinda y, con ello, gobernar de nuevo los destinos de este país como ocurría durante la etapa de la república mediatizada.
Desde el mismo momento en que triunfa la Revolución cubana en 1959, las sucesivas administraciones estadounidenses han hecho lo posible y lo imposible para destruir el régimen social imperante en la Mayor de las Antillas, sin importarles las violaciones del derecho internacional que han cometido y que cometen.
Contra Cuba han ensayado todo tipo de medidas hostiles e incivilizadas: campañas diplomáticas para desacreditar las autoridades de la Isla, introducción de enfermedades propias de las personas y las plantas, de mercenarios para cometer sabotajes y el asesinato de los dirigentes de la Revolución.
El envío de la brigada mercenaria que desembarcó por Playa Girón en 1961 y que setenta y dos horas bastaron para que las fuerzas revolucionarias destruyeran el intento de organizar una cabeza de playa, como paso inicial para formar un gobierno provisional y solicitar la intervención militar norteamericana.
La inmensa ayuda prestada a los bandidos que operaban en la Sierra del Escambray, en el centro del país, los cuales en poco tiempo fueron aniquilados por los milicianos y el Ejército Rebelde, como muestra de la fuerza que ya tenía la Revolución desde los primeros años de existencia.
En estos análisis, ocupa un lugar importante el bloqueo que desde principios de la década del 60 el gobierno de los Estados Unidos decretó contra Cuba, con la finalidad de privarla de los recursos elementales necesarios para la subsistencia del pueblo, con lo cual crear un estado de desesperación con la finalidad de obligar a la rendición.
Ese bloqueo paulatinamente se ha ido recrudeciendo, pese a que, durante más de veinte años, la mayoría de las naciones del mundo han condenado y rechazado esas medidas en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, por considerarlas ilegales, violadoras del derecho internacional y de los derechos humanos.
Entre las acciones que endurecen dicho bloqueo se encuentra la ley Helms Burton, la cual tiene un carácter extraterritorial, por cuanto prevé sanciones a terceros países que realicen operaciones comerciales y financieras con la Mayor de las Antillas, y ya suman varias compañías que han tenido que pagar millonarias multas impuestas por el gobierno de los Estados Unidos.
El presidente Trump y comparsa últimamente han amenazado a compañías navieras y de seguros con adoptar medidas contra ellas si arriendan barcos a Cuba para trasladar petróleo, lo cual ha provocado que en la Isla haya cierto desabastecimiento del recurso, pero lo que no esperaban los señores imperialistas, es que el pueblo cubano enfrentara con éxito la adversidad y para pronto salir airoso de ella.
Los directivos estadounidenses no pueden comprender que cuando un pueblo se decide a guiar sus propios destinos, inspirados, en nuestro caso, en los patriotas del sesenta y ocho y el noventa y cinco, no hay fuerza imperialista ni fascista capaz de detener su avance hasta conquistar la victoria final.
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