ESTADOS UNIDOS LLEVA EN SU HISTORIA LA MANCHA DE ROBARLE A MEXICO UN VASTO TERRITORIO.
Por Rafael Labrada Díaz
El tres de marzo de 1845, Estados Unidos consumó la anexión del territorio mexicano de Texas a la nación norteamericana, mediante una maniobra prepotente basada en el poderío que a la sazón tenía como país portador de un naciente imperialismo.
En 1819, el Gobierno de México autorizó al banquero estadounidense Moses Austin para establecerse en el territorio de Texas con trescientas familias, lo cual constituyó un grave error de los mexicanos, por cuanto ese fue el principio de un proceso que concluyó con la pérdida de esa basta zona.
En 1835, los colonos norteamericanos asentados en el rico territorio texano superaban los 6 mil, quienes no tardaron en mostrar una tendencia separatista, como expresión de la política expansionista del capitalismo estadounidense de mediados del siglo XIX.
El presidente de la nación americana, James N. Polk y el Congreso, reconocieron la independencia de Texas en 1845, como parte de una estrategia para anexarla posteriormente a los Estados Unidos. lo cual constituyó un descarado robo de tierras a la nación azteca.
No satisfecho con esa maniobra, en 1846, los estadounidenses sitiaron con sus corbetas y fragatas los principales puertos del Golfo de México, bajo la supuesta "defensa" de sus intereses y la "seguridad nacional" que la cuestión texana les planteaba en su frontera Sur.
En aquel entonces, el pretexto de la declaración de guerra hecha por el gobierno mexicano para tratar de recuperar la zona de Texas, le permitió al gobierno estadounidense avanzar en sus planes anexionista e invadió con su ejército al país azteca.
El gran poderío militar y económico de los Estados Unidos era superior al de México, lo cual le posibilitó al ejército invasor tomar, en poco tiempo, la capital del país latinoamericano en septiembre de 1847 y, de esa manera, la fuerza imperialista se imponía ante la razón y la justicia.
La agresión terminó con el tratado Guadalupe-Hidalgo, en virtud del cual México fue definitivamente despojado de los territorios que hoy conforman los estados de Texas, California, Arizona, Nuevo México, Utah, Nevada, y partes de Colorado y Wyoming.
De esa manera, se consumaba uno de los hechos más bochornosos de la historia americana, el cual era portador de la más brutal fuerza de una nación poderosa ejercida contra otra más débil; era la expresión genuina de la ley del más fuerte contra el menos fuerte.
0 comentarios