EL TIRANO BATISTA PRETENDE ATACAR LA REVOLUCIÓN
Por Rafael Labrada Díaz
El tirano Fulgencio Batista y Zaldívar, en complicidad con el dictador Rafael Leónidas Trujillo, de la República Dominicana, pretende llevar a cabo una conspiración contra Cuba, para la cual envía a la Isla un grupito de sus acólitos el 13 de agosto de 1959, para iniciar acciones subversivas.
Pero esos opresores de pueblos no podían imaginar que fuerzas del Gobierno Revolucionario de Cuba inmediatamente liquidarían totalmente este acto hostil contra la Revolución, que había triunfado luego de un largo período de lucha contra el régimen.
A los mercenarios se les da la información falsa de que la ciudad de Trinidad estaba tomada por la contrarrevolución, a fin de atraerlos allí y capturarlos tan pronto como aterrizaran en ese lugar, sin darles tiempo a que realizaran acción alguna.
El Comandante en Jefe Fidel Castro y el Comandante Camilo Cienfuegos esperan el arribo del avión en que venían los mercenarios trujillistas para apresarlos y abortar aquel intento de agresión a Cuba, alentado y dirigido por Batista.
Fidel en persona organiza el emplazamiento de ametralladoras y hombres, en puntos estratégicos, de manera que al llegar los conspiradores al aeropuerto se capturaran de inmediato para evitar pérdidas innecesarias de vidas humanas.
A las OCHO Y QUINCE minutos de la noche, toca pista un avión C-46 procedente de la ciudad de Santo Domingo, capital de República Dominicana, que trae a bordo a varios dirigentes de la conspiración, quienes confían en lograr una victoria absoluta en sus planes contra Cuba.
Los pasajeros, al bajar del aeroplano, encontraron una realidad distinta a la que presuntamente existía; de inmediato, se produjo un intercambio de disparos de armas de fuego, en el cual caen DOS revolucionarios e igual número de invasores, mientras es apresado el el resto.
De esa manera, fracasa la intentona trujillista de apoderarse de una zona de Cuba para luego extender la conspiración hacia otras zonas del país, pero los enemigos de la Revolución no se percatan de que en la Mayor de las Antillas había triunfado una revolución verdadera con el concurso del pueblo, que estaba dispuesto a defenderla hasta las últimas consecuencias.
En el cuartel de Trinidad Fidel y Camilo interrogan a los detenidos, quienes confiesan que venían enviados por Fulgencio Batista y corroboran la participación del tirano Rafael Leónidas Trujillo en aquella conspiración, abortada poco después de ser concebida.
Los revolucionarios ocuparon una gran cantidad de armas y, además, recuperaron el avión utilizado por el dictador Batista y sus acólitos más cercanos para su fuga hacia República Dominicana, en la madrugada del primero de enero de 1959.
De esa manera, el pueblo de Cuba archivaba una nueva victoria frente a maniobras reaccionarias alentadas por la burguesía internacional, en complicidad con la burguesía nacional y el imperialismo, que desde el principio trataron de derrumbar la Revolución.
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