CAMILO VIVE EN EL CORAZÓN DE SU PUEBLO
Por Rafael Labrada Díaz
Camilo Cienfuegos fue uno de los jefes guerrilleros cubanos más carismáticos; en su rostro imperaba la sonrisa franca, sincera; mientras que la jarana era una de sus prácticas cotidianas, aunque no por ello mostrara síntomas de irrespeto a sus compañeros e irresponsabilidad.
Expedicionario del Granma, en 1956 fue uno de los combatientes que subió a la Sierra Maestra, junto al Comandante en Jefe Fidel Castro, para iniciar la lucha armada contra la tiranía de Fulgencio Batista y, de inmediato, se destacó por su arrojo en el combate, su fe infinita en la victoria y sobre todo por su lealtad. Ello lo demostró en los combates de Pino del Agua, el Uvero, El Hombrito, Bueycito y otros.
Camilo había nacido el 6 de febrero de 1932, en la barriada de Jesús del Monte, en La Habana, capital de Cuba, en el seno de una familia muy humilde, por lo que su niñez transcurrió en una ambiente de serias limitaciones económicas.
Fue el primer jefe revolucionario en bajar al llano a cumplir misiones guerrilleras y su nombre quedó para siempre en la historia por las hazañas realizadas en los alrededores de la ciudad de Bayamo, ubicada en la zona oriental de Cuba; en ese territorio recibió la noticia de que había sido ascendido a los grados de comandante del Ejército Rebelde.
En misiva enviada a Fidel Castro le decía que en sus manos tenía la orden de ascenso a
Comandante y que le sería más fácil dejar de respirar que dejar de ser fiel a la confianza del máximo jefe guerrillero.
El 21 de marzo de 1958, deja la Sierra Maestra para marchar al frente de la columna invasora Antonio Maceo, cuya misión era marchar hacia la provincia de Pinar del Río, la más occidental de Cuba, para llevar hasta allá la guerra revolucionaria, en cumplimiento del plan estratégico del Ejército Rebelde.
Luego de un sinnúmero de vicisitudes, el grupo guerrillero llega a la entonces provincia de Las Villas y se encamina al norte de ese territorio central de Cuba; muy pronto el ejército de la dictadura siente el empuje de los revolucionarios, pues sufren constantes ataques armados, entre los cuales figura como el más importante la toma del cuartel de Yaguajay.
Esta acción, junto a las desarrolladas por la tropa de Ernesto Che Guevara en esa misma provincia y las que tenían lugar en la antigua provincia de Oriente, provocaron que el primero de enero de 1959, el tirano Fulgencio Batista huyera del país con sus acólitos y fue el momento en que Camilo Cienfuegos recibe la orden de marchar hacia la capital, para tomar el campamento de Columbia, principal baluarte del ejército de la dictadura.
El jefe Guerrillero cumplió la orden, y en poco tiempo esa posición estaba en manos de los rebeldes, mientras Ernesto Che Guevara tomaba la fortaleza de la Cabaña y en todo el país el Ejército Rebelde liberaba a todas las ciudades; había triunfado la insurrección armada, en lo cual el pueblo cubano había desempeñado un importante papel.
Una vez tomado el poder, los revolucionarios se aprestaban a comenzar la construcción de una nueva sociedad; la burguesía nacional estaba aplastada, pero no eliminada; en Camagüey se produjo una traición y a Camilo Cienfuegos le dieron la misión de ir hasta esa provincia para solucionar tal situación.
El 28 de octubre de 1959, de regreso a La Habana en una pequeña avioneta, lo sorprendió una tormenta, el aparato cayó al mar y pereció el héroe de tantas batallas en medio de las olas; cada 28 de octubre los cubanos acuden a las orillas del mar, de las presas, de los ríos y de los arroyos a depositar flores en el agua, como un eterno homenaje al querido guerrillero.
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