La Operación Milagro beneficia a miles de latinoamericanos
Por Rafael Labrada Díaz
En julio del 2004, se puso en práctica la idea del líder de la Revolución Fidel Castro de iniciar un programa, denominado Misión Milagro, encaminado a devolverle la vista, en forma gratuita, a miles de personas latinoamericanas.
Hasta la fecha, el humanitario plan ha beneficiado a más de UN MILLON SEISCIENTOS MIL pacientes, de TREINTA Y TRES naciones , incluida Cuba, quienes jamás soñaron volver a ver algún día a sus seres queridos y a cuanto les rodea.
Este programa oftalmológico, liderado por la Mayor de las Antillas y Venezuela, y único de su tipo en el mundo, ya cuenta con 59 centros diseminados por 15 países, donde sus habitantes disfrutan de los beneficios que el ALBA ofrece a los pueblos de la región latinoamericana.
El espíritu internacionalista de Cuba NO solo se plasma en la Misión Milagro, sino también en el hecho de que su colaboración en el campo de la oftalmología abarca a 33 naciones para atender a ciegos y a impedidos visuales.
Nuestro país dispone de 24 centros de esta especialidad, los cuales disponen de un equipamiento de punta, y existe un personal altamente calificado en la disciplina para brindar un servicio de excelencia en forma gratuita.
En 1959, en Cuba solo existían 118 especialistas y ahora ya suman más de MIL, y en las distintas universidades se forma otra cantidad similar, con lo cual el próximo año, se duplicará el número de esos profesionales de la salud, que pondrán en práctica sus conocimientos en la Mayor de las Antillas y en otras naciones.
El desarrollo alcanzado por nuestro país en esta disciplina ha posibilitado generalizar la cirugía refractiva con excímer láser, nuevos tratamientos para las enfermedades de la mácula, el pesquizaje activo de enfermedades oculares en varias provincias cubanas y el avance del programa nacional de trasplantes y de los servicios de córnea.
Pese al bloqueo que Estados Unidos mantiene contra Cuba, el campo de la medicina es uno de los que rompiendo barreras se abre paso para brindar servicios que solo se alcanzan en naciones altamente desarrolladas.
Ello corrobora, que solo el socialismo posibilita a los pueblos del tercer mundo comenzar a solucionar sus graves problemas en el campo social.
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