FUERTES LLUVIAS EN LA PROVINCIA CUBANA DE LAS TUNAS
Por Rafael Labrada Díaz
Los habitantes de la ciudad de Las Tunas, capital de la oriental provincia cubana del mismo nombre, están de pláceme porque este jueves se produjo la mayor precipitación de agua en el presente año, al caer 86 milímetros, lo cual constituye un acontecimiento en un lugar donde se registran los más bajos promedios de lluvias del país.
El cambio climático, la tala indiscriminada de los bosques y otros factores meteorológicos contribuyen a que en este territorio llueva poco, contrario a lo que ocurría hace varias décadas, cuando los aguaceros eran más frecuentes y el período lluvioso era más prolongado.
En esa época, la etapa primaveral comenzaba en marzo y concluía en noviembre, en la cual los meses de mayo, junio y octubre eran excesivamente húmedos y era usual que las lluvias no cesaran durante varios días, con el consiguiente beneficio para la agricultura y la ganadería.
Los pastizales eran abundantes en buena parte del año, lo cual garantizaba alimento seguro para los animales; las fuentes de agua permanecían llenas un largo período y los cultivos tenían el beneficio de una prolongada humedad, hecho que garantizaba elevados rendimientos.
En cambio, en los tiempos actuales, la etapa primaveral comienza a fines de mayo, las mayores precipitaciones se producen en el mes de junio y luego los meses restantes se presentan bastante secos, con excepción de octubre, cuando generalmente llueve un poco más.
Con el fin de paliar un tanto los efectos de la sequía, en el territorio tunero existen varias presas, las cuales tienen el propósito de almacenar agua en tiempo de primavera, para luego utilizarla en la época de ausencia de precipitaciones en la agricultura, el consumo humano y de los animales.
También se acomete un plan dirigido a la reforestación de la zona y se adoptan diferentes medidas en las industrias, centros de trabajo y dondequiera que el hombre actúa para sanear y preservar el medio ambiente, con la finalidad de crear las condiciones propicias para favorecer la caída de las lluvias.
En la mayoría de los países no se realizan acciones para cuidar el entorno, y cada día se agrede más mediante el vertimiento a la atmósfera de las más diversas sustancias altamente nocivas, lo cual poco a poco va contribuyendo al cambio climático y todos los efectos que ello acarrea, en perjuicio de la existencia de la especie humana y del orbe en general.
El hombre tiene que decidir entre la opción de continuar atacando al planeta con los desperdicios más diversos de las industrias y otras actividades, o salvarse el mismo como parte de ese planeta.
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