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La Cuaba

EN EL ANIVERSARIO 118 DE LA CAÍDA DE ANTONIO MACEO

EN EL ANIVERSARIO 118 DE LA CAÍDA DE ANTONIO MACEO


Por  Rafael Labrada Díaz
Los pobladores de la provincia de Las Tunas  realizaron diversas
actividades para  rendir tributo al Mayor General Antonio Maceo y
Grajales, al cumplirse el aniversario 118 de su caída en combate,
en un encuentro sostenido con tropas españolas en la finca San
Pedro, en La Habana, el siete de diciembre de 1896.


Obreros, estudiantes, campesinos, miembros de la
Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana,de
las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el Ministerio del
Interior y  pueblo en general realizaron peregrinaciones y
actos patrióticos para homenajear a Maceo, a  Panchito
Gómez y a los internacionalistas cubanos caídos
por la independencia de otros pueblos.

El siete de diciembre de 1989, se depositaron  en
panteones construidos en los cementerios de los
municipios los restos de los combatientes
internacionalistas caídos en Angola, Etiopía y otras
naciones, a fin de que lograran su plena independencia
del yugo opresor neocolonialista e imperialista.

Esos hombres fueron fieles seguidores del ejemplo del
Titán de Bronce, quien realizó las más disímiles proezas
militares entre las que figura la invasión de Oriente a
Occidente para poner en pie de lucha a toda la Isla, con lo
cual puso en una situación muy difícil al alto mando militar
de España.

Luego de esta hazaña, Maceo se dirigía al potrero La Jía,
cerca de Punta Brava, pero tropezó con una cerca que le
impedía el paso para cumplir el propósito de caer sobre el
enemigo; en esas circunstancias, una bala le dio en el
rostro, se mantuvo unos instantes sobre su caballo y
se desplomó.

Su ayudante, Panchito Gómez Toro, hijo del Mayor General
Máximo Gómez, acudió a su auxilio y ofreció su vida en aras de
proteger el cadáver de su querido jefe, el héroe de tantas batallas
 victoriosas libradas en los más disímiles parajes de la patria
colonizada por los colonialistas peninsulares.

El Mayor General Antonio Maceo se incorporó a la lucha por la
libertad de Cuba pocos días después del Grito de la Demajagua,
protagonizado por Carlos Manuel de Céspedes en 1868, quien
liberó a sus esclavos y se levantó en armas contra las tropas
europeas, junto a un grupo de patriotas orientales.

La contienda duró diez años, al cabo de los cuales, los
insurrectos camagüeyanos y  decidieron firmar un tratado de
paz con los españoles, en virtud de una política de paz
aplicada por  el gobernador de la Isla, Arsenio Martínez
Campos, la cual incluía el cese de las hostilidades, pero sin
conceder la independencia de Cuba.

Es entonces cuando en la zona oriental el Mayor General
Antonio Maceo ignoró tal acuerdo y en entrevista con Martínez
Campos, efectuada el 15 de marzo de 1878, le hace saber
que los patriotas de esa región continuarían la  guerra contra
 España hasta lograr la total libertad de la Mayor de las Antillas.

Esa  conducta pasó a la historia como La Protesta de Baraguá
la cual constituyó una viril respuesta de los insurrectos del
oriente cubano a los planes pacificadores de las autoridades
españolas, por cuanto en el Pacto del Zanjón no se plasmaba
la independencia de Cuba, causa principal por la que tantos
hijos de la patria habían regado su generosa sangre.

Los patriotas orientales se mantuvieron un tiempo en pie de
guerra, pero las condiciones no eran propicias para continuar
la lucha en ese momento y decidieron marchar hacia el exterior,
 a fin de reorganizar las fuerzas y regresar a la Isla para proseguir
 la guerra contra España.

Al estallar la Guerra de Independencia, el 24 de febrero de 1895,
Antonio Maceo retornó a la patria y se incorporó  de nuevo al
Ejército Libertador, hasta que al año siguiente cae en combate,
luego de haber realizado la  proeza de realizar la invasión de
Oriente a Occidente para cumplir el plan estratégico de los
 cubanos de poner a todo el país en pie de lucha.
  


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