FIDEL ASUME EL CARGO DE PRIMER MINISTRO
Por Rafael Labrada Díaz
A las seis de la tarde del día 6 de febrero de 1959, el Comandante en Jefe Fidel Castro asumió el cargo de Primer Ministro del Gobierno Revolucionario, en una ceremonia efectuada en el edificio que ocupaba el Palacio Presidencial, el cual luego se transformó en Museo.
Hasta ese momento, el Gobierno Revolucionario no desempeñaba sus funciones con la acometividad que el pueblo reclamaba; había transcurrido un mes sin que se hubiese adoptado medida alguna de carácter social, y ello comenzaba a crear cierto malestar.
Una madrugada, al terminar la sesión del Consejo de Ministros, los miembros de este que pertenecían al Movimiento Revolucionario 26 de Julio Armando Hart, Faustino Pérez, Enrique Oltuski y Julio Camacho localizaron al Jefe de la Revolución, en el hotel Habana Hilton, para informarle sobre la situación que se estaba creando.
En la casa de Oltuski, situada en las márgenes del río Almendares, se efectuó un encuentro de la dirección del Movimiento Revolucionario 26 de Julio y Fidel, el cual constituyó la primera y más importante reunión después del triunfo revolucionario, en la que se hizo un análisis político y social de la nación.
Allí se analizó la necesidad de que el Jefe de la Revolución ocupara el cargo de Primer Ministro del Gobierno Revolucionario con el fin de revertir la situación de falta de acometividad en el desempeño de las funciones gubernamentales.
A Fidel no le fue fácil tomar la decisión de asumir el Premierato, porque en más de una ocasión había manifestado el propósito de mantenerse como fiscalizador del Gobierno, ya que así podía moverse con entera libertad, sin ataduras a reuniones, actos oficiales y demás funciones.
El Jefe de la Revolución, con su intuición innata, se percató de que, como estaban las cosas, no había otra solución y optó por el mayor de sus sacrificios: integrarse al Gobierno como Primer Ministro.
Para ocupar ese cargo, planteó que debía tener el control directo de la política general, sin menoscabo de las facultades que, conforme a la Ley Fundamental, le correspondían al Presidente de la República.
Miró Cardona, consciente de que no podía continuar en las funciones de Primer Ministro, coincidió en que para mantener la autoridad del Gobierno era indispensable que Fidel asumiera el Premierato.
El 13 de febrero, Urrutia continuaba enfermo y Miró Cardona citó para el Palacio Presidencial a los miembros del Consejo de Ministros y a los periodistas; en esa reunión, planteó que había decidido presentar al señor Presidente de la República la renuncia a su cargo.
En la reunión con la prensa Miró explicó que las funciones de Primer Ministro debía desempeñarlas quien por su jerarquía histórica era el Jefe de la Revolución; es decir, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
Al tomar posesión del cargo, Fidel señala que la Revolución tenía muchos obstáculos por delante y no podría hacer las cosas a la perfección, pero que había un perenne propósito de superación, de rectificar aquello en que no estuviera acertada.
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