EL ESTALLIDO DE LA GUERRA CHIQUITA EN CUBA
Por Rafael Labrada Díaz
El 24 de agosto de 1879 estalló la Guerra Chiquita en Cuba, como continuidad de la lucha armada iniciada por los cubanos en 1868, con el propósito de alcanzar la independencia de la patria, oprimida por los colonialistas españoles desde el año 1511.
Pocos meses después de firmada la Paz del Zanjón, la cual no preveía la liberación de la isla, Calixto García constituyó, en Nueva York, el Comité Revolucionario Cubano, el cual tenía la misión de organizar una nueva contienda contra España.
Como resultado de la labor de ese Comité, los primeros alzamientos se efectuaron el 24 de agosto de 1879 en Gibara, Holguín y en Santiago de Cuba, y manifestaciones de rebeldía en Las Villas; mientras en La Habana las acciones se vieron frustradas por la detención de José Martí y el arresto de los demás insurrectos de la capital.
Junto a Martí se encontraba el periodista Juan Gualberto Gómez, quien desde su posición de director del periódico La Fraternidad, había desarrollado una destacada actividad en la preparación de las masas negras y blancas, para la unión en la batalla por la liberación de la Isla.
En los primeros momentos de esta contienda, se notaba la ausencia de sus principales jefes que se encontraban en el exterior y ello constituyó un factor negativo para la lucha, por cuanto los insurrectos no tenían una dirección centralizada.
Al llegar Calixto García a tierra cubana, procedente de Estados Unidos, ya los patriotas llevaban nueve meses de combate, sin apenas armas y municiones y sin haber podido establecer contactos con García, por lo cual algunos habían iniciado gestiones para la capitulación.
Otro de los problemas afrontados por los insurrectos fue la falta de comunicación entre los grupos existentes en la parte oriental del país y los que luchaban en Las Villas y otras regiones, lo cual impedía lograr una unión efectiva entre ellos para el mejor desarrollo de la guerra.
Estas situaciones se fueron agravando hasta que, en diciembre de 1880, todos los patriotas se vieron obligados a deponer las armas, incluyendo a Calixto García, quien se encontraba enfermo y no estaba en condiciones físicas de continuar en la manigua.
Las autoridades españolas decidieron deportar hacia España a los patriotas insurrectos, incluyendo a Calixto García, máximo jefe de la revuelta, quien después de permanecer algún tiempo en la metrópoli, se dirigió hacia los Estados Unidos.
José Martí realizó un profundo estudio de las causas del fracaso de la Guerra Chiquita, a fin de tomarlas como experiencia en los preparativos de la Guerra Necesaria, para evitar la repetición de errores nocivos a la contienda que se proponía iniciar.
Los resultados de este alzamiento fueron trescientos patriotas deportados y cerca de dos mil muertos, pero quedó en la historia como un nuevo ejemplo de la decisión de los cubanos de liberar a la patria del yugo español, el cual se había extendido, hasta ese momento, por más de seiscientos años.
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