EL CRIMEN DE BARBADOS CONTINÚA IMPUNE
Por Rafael Labrada Díaz
Este seis de octubre se cumplen 35 años de la voladura de un avión de Cubana, en pleno vuelo, cerca de las costas de Barbados, donde 73 personas inocentes perdieron la vida, y aun uno de los autores confesos de ese repugnante crimen, el terrorista Luis Posada Carriles, sigue impune en las calles de Miami, amparado por el gobierno de Estados Unidos.
Carriles tenía que ser enjuiciado en territorio norteamericano por dicha acción o haberlo extraditado a Venezuela tal como reiteradamente lo ha solicitado el gobierno de esa nación, pero las autoridades estadounidenses no han hecho una cosa ni la otra.
Solo organizó una farsa de juicio contra Posada Carriles en el Paso, pero los cargos estaban relacionados con la entrada ilegal al país y, en definitiva salió absuelto luego de una gran campaña propagandística y varios días de sesiones del tribunal que analizaba el caso.
El otro responsable del salvaje crimen, Orlando Bosch, murió en territorio norteamericano, sin que nunca nadie le exigiera responsabilidad por esa manifestación de vandalismo, como prueba de la complicidad del gobierno en tan malvado acontecimiento.
En ese avión viajaba un equipo cubano de esgrima, cuyos integrantes eran estudiantes universitarios, ¿Cuánto bien hubiesen podido hacer a sus semejantes estos jóvenes una vez graduados en sus carreras? ¿Por qué se les privó de la vida cuando empezaban a vivir?
Es que el odio del gobierno de Estados Unidos y la mafia de Miami hacia Cuba es tan grande, que la maldad aplasta lo racional y lo humano, para apelar a los instintos más bajos y cometer actos de esta naturaleza en pleno siglo veinte.
Cinco hijos de Cuba se encontraban en territorio norteamericano para impedir que se repitieran actos como este; sin embargo, se les arresta, se les enjuicia y se les condena a severas penas y, como si esto fuera poco, se les paga a periodistas para que desarrollen campañas en Miami en contra de los acusados, con el fin de allanar el camino a las sentencias del tribunal.
Toda persona con sentido común podría preguntarse, ¿cómo es posible que a esos jóvenes se les condene en Estados Unidos por combatir al terrorismo, y por las calles de la nación deambule un terrorista confeso como Posada Carriles?
El siete de octubre René González, uno de los CINCO, debe salir de la cárcel, luego de haber cumplido largos años tras las rejas, pero ahora, según las autoridades, ha de permanecer tres años más en ese país para cumplimentar una prisión supervisada, ¡es el colmo de la saña y el abuso!
En el mundo son muchas las expresiones de solidaridad, respaldo y la exigencia de la liberación de René González, Ramón Labañino, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Fernando González, corresponde ahora a Barack Obama, presidente de Estados Unidos, usar sus prerrogativas y liberar a los cinco combatientes antiterroristas
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