LA PROVINCIA DE LAS TUNAS CELEBRA EL ANIVERSARIO 50 DE LA ALFABETIZACIÓN
Por Rafael Labrada Díaz
Los pobladores de la oriental provincia cubana de Las Tunas, de diferentes maneras, han rendido merecido homenaje a los maestros y profesores de la región, con motivo de la celebración del Día del Educador, que cada año tiene lugar el 22 de diciembre.
En esta ocasión, la fecha tiene especial significado, por cuanto se cumplen cincuenta años de la ocasión en que Cuba se declaró territorio libre de analfabetismo, como resultado del esfuerzo desplegado durante la Campaña de Alfabetización, ejecutada en el año 1961.
Al triunfar la Revolución, en enero de 1959, en el país existían miles de analfabetos, lo cual constituía un obstáculo para los planes de desarrollo cultural, económico y social que se emprenderían, como parte de las transformaciones previstas en el programa trazado.
La Campaña demandó, primeramente, la preparación de centenares de maestros para que emprendieran la tarea de asesorar, desde el punto de vista técnico-pedagógico, a los miles de alfabetizadores encargados de enseñar a quienes no sabían leer ni escribir.
Entre esos alfabetizadores estaban los brigadistas Conrado Benítez, quienes eran jóvenes que formaban un verdadero ejército, cuya misión era llevar el pan de la enseñanza hasta el último rincón del país, por muy remoto que fuera.
También se encontraban los alfabetizadores populares, los cuales eran personas, que aunque no eran miembros de esa brigada, se dieron a la tarea de sacar de la ignorancia a quienes no habían tenido la oportunidad de salir de la ignorancia a la cual habían sido condenados.
A ellos se les sumó la brigada Patria o Muerte, integrada por trabajadores de la ciudad que dieron la disposición para marchar hacia las zonas rurales, con el fin de contribuir a la tarea de alfabetizar a quienes se encontraban sumidos en la ignorancia.
La Campaña se organizó desde el nivel nacional hasta el cuartón, caserío donde residían los analfabetos con su familia, mediante la creación de las Comisiones de Alfabetización, las cuales estaban compuestas, básicamente, por un coordinador, un jefe técnico, un jefe de ubicación y un jefe de propaganda.
Meritorio fue el hecho de que los campesinos albergaron a los jóvenes brigadistas en su casa como un hijo más, y llegó un momento en que estos compartían plenamente las labores del campo, si eran varones, y de los quehaceres domésticos del hogar, si eran hembras.
A principios de diciembre de 1961, miles de cartas enviaban diariamente los alfabetizados al Comandante en Jefe Fidel Castro, como prueba de que habían vencido la meta de aprender a leer y escribir en un año, y así Cuba fue el primer país de América Latina en declararse territorio libre de analfabetismo.
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