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La Cuaba

Historia

LA DECLARACIÓN DEL CARÁCTER SOCIALISTA DE LA REVOLUCION CUBANA

Por Rafael Labrada Díaz

El 16 de abril de 1961, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz declara el carácter socialista de la Revolución Cubana, en la despedida de duelo a los caídos, la víspera, en el bombardeo a los aeropuertos de la Isla, por órdenes del gobierno norteamericano.

La ceremonia tuvo lugar en la esquina de las calles 23 y 12 de La Habana, donde en una improvisada tribuna, Fidel, que tenía la certeza de que era inminente un ataque militar al  país, expresó: "Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices, que hayamos hecho una Revolución socialista en las propias narices de los Estados Unidos ..."   

Un enardecido mar de fusiles en alto, sostenidos por brazos del pueblo trabajador, saludó aquella decisión y exhibió una escena inolvidable, convertida desde entonces y para siempre, en la más genuina representación de la voluntad popular, `para resistir y defender a cualquier precio la Patria y el socialismo.   

Al día siguiente, fuerzas mercenarias, organizadas y financiadas por los Estados Unidos, desembarcaron por Playa Girón, al sur de Matanzas, con el propósito de establecer una cabeza de Playa y formar un gobierno títere provisional.

El grupo invasor estaba compuesto por mil quinientos contrarrevolucionarios de origen cubano, organizado, entrenado, equipado y financiado por la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, con ello, comenzó lo que dicha Agencia denominó Operación Pluto.   

La agresión militar tuvo una rápida respuesta revolucionaria; al finalizar el día 17 de abril, cuatro barco y cinco aviones mercenarios estaban fuera de combate y los hombres que lograron desembarcar, tuvieron que enfrentarse a fuerzas combinadas de las Milicias Nacionales Revolucionarias, la Policía Nacional Revolucionaria y el Ejército Rebelde.

Estos efectivos, al combatir a los atacantes, lo hacían conscientes de que defendían, no solo a la Patria, sino también al socialismo como única vía para mantener la independencia y la soberanía de la tierra que los vio nacer, como un legado imperecedero de los patriotas que lucharon contra la metrópoli española.

Pronto los atacantes se percataron de que sus propósitos estaban muy lejos de alcanzarse y de que los revolucionarios cubanos llevaban la mejor parte en el combate y, tanto fue así, que en solo setenta y dos horas después del desembarco, los mercenarios tuvieron que rendirse, no sin antes haber sufrido considerables bajas.

De esta manera, el imperialismo norteamericano sufría la mayor derrota militar en América y sus sueños de adueñarse nuevamente de Cuba se venían abajo, y tenía que admitir que los cubanos llevarían, hasta las últimas consecuencias, la consigna de Patria o Muerte.    

 

 

 

 

 

 

EN EL ANIVERSARIO 121 DE LA CONSTITUCIÓN DEL PARTIDO SOCIALISTA CUBANO

EN EL ANIVERSARIO 121 DE LA CONSTITUCIÓN DEL PARTIDO SOCIALISTA CUBANO

Por Rafael Labrada Díaz

Al concluir la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana, buena parte de los obreros d la isla  que se encontraban en el extranjero, principalmente en los Estados Unidos, regresaron a la patria con el desconsuelo de saberla bajo la ocupación militar norteamericana; entre ellos, llegaron algunos exmiembros del Partido Revolucionario Cubano, como los obreros Ramón Rivero y Enrique Messonier, y el intelectual Diego Vicente Tejera, todos ellos interesados por los problemas del proletariado de la Mayor de las Antillas.

En Cuba, los trabajadores estaban sometidos a una explotación despiadada: los salarios eran sumamente bajos y, muchas veces, los patronos pagaban con moneda española, cuyo valor era inferior a la norteamericana, por lo que su poder adquisitivo resultaba muy bajo, mientras que las jornadas laborales eran excesivamente largas.

A los dependientes de las tiendas y otros negocios, los dueños los obligaban a abrir las puertas del establecimiento al amanecer y a continuar en su puesto hasta las diez o las once de la noche; los días festivos también tenían que trabajar; asimismo, los portuarios, los tabacaleros, los constructores y los obreros de otros sectores tenían que laborar durante doce y catorce horas diarias.

Apenas a un mes de su llegada, Diego Vicente Tejera, concibe la posibilidad de organizar un partido que uniera al proletariado, y el 19 de febrero de 1899, en el local que luego ocupó el teatro Martí, se constituye el Partido Socialista Cubano; si bien Tejera  no seguía  las ideas del socialismo científico,  expuestas por Carlos Marx desde mediados del Siglo XIX, estaba en contra de los abusos que los patronos cometían contra el proletariado.

Enemigo de las injusticias y desigualdades del régimen capitalista, decide luchar para barrer aquella sociedad injusta que laceraba los intereses de los trabajadores, pero pensaba lograr ese objetivo sin enfrentarse de manera violenta a la burguesía, porque no era partidario de la lucha de clases planteada por los clásicos del marxismo.   

Pese a esa posición vacilante de Tejera y, por consiguiente, el carácter moderado del programa del Partido Socialista Cubano, de inmediato, este fue blanco de un ataque despiadado de las publicaciones de la época, encabezado por el periódico el "Diario de la Marina", defensor de los intereses españoles más retrógrados, y el Patria, vocero de la burguesía cubana y contrario a los objetivos que perseguía el rotativo fundado por José Martí con ese mismo nombre.

Las embestidas de la prensa, la deserción de algunos elementos a quienes Tejera consideraba como sus más íntimos colaboradores y el hecho de que fuera casi desconocido por la clase obrera, a la que no supo llegar, determinaron que el Partido Socialista Cubano desapareciera a solo seis meses de ser creado.  

Tejera dio a conocer la disolución del partido mediante un manifiesto, el cual exponía: “¿Quién sabe? Acaso el partido socialista surja mañana con justísima razón y con vigor extraordinario. Cual, según indicios harto elocuentes por desgracia, va a ser sometida a una explotación de distinto género, pero más dura al cubano que la del pasado. El capitalismo, ¡y un capitalismo extranjero!, se organizará en esta rica y virgen tierra de la manera más incontrastable y odiosa, la de trust”.

El Partido Socialista Cubano, aun cuando no siguió las enseñanzas del marxismo, porque su principal líder no era marxista, y tuvo una efímera vida, constituyó el primer intento de organizar al proletariado cubano bajo un partido político independiente y contrario a las injusticias que los patronos cometían contra los trabajadores y de ahí su valor histórico.

EL LEVANTAMIENTO ARMADO DE SANTIAGO DE CUBA EN 1956

EL LEVANTAMIENTO ARMADO DE SANTIAGO DE CUBA EN 1956

Por Rafael Labrada Díaz

El 30 de noviembre de 1956, integrantes del Movimiento 26 de Julio, dirigidos por el joven revolucionario Frank País, protagonizaron un levantamiento armado en Santiago de Cuba, con el objetivo de apoyar el desembarco de los expedicionarios del yate Granma, encabezados por Fidel Castro Ruz.

Ello obedecía a un plan concebido por Frank y Fidel con la finalidad de que la tiranía centrara su atención en Santiago de Cuba y se descuidara de las costas, lo cual posibilitaría que los revolucionarios llegaran a tierra cubana sin mayores dificultades y pudieran internarse de inmediato en la Sierra Maestra.

Los patriotas santiagueros, vestidos por primera vez con el uniforme verde olivo, en una acción audaz, asestaron duros golpes a los efectivos de la tiranía en puntos claves y prácticamente dominan la ciudad, pese a las pocas armas y municiones que tenían y la superioridad en todos los sentidos que poseían sus enemigos.

Mas no fue posible que los revolucionarios sostuvieran por mucho tiempo las posiciones, a pesar del derroche de coraje y valor que mostraron esos jóvenes, que se enfrentaban a la tiranía batistiana para conquistar la plena independencia de Cuba, como seguidores de aquellos que combatieron por la libertad de la Isla en 1868 y en 1895.

La travesía del Yate Granma demoró un tiempo mayor que el calculado, debido, principalmente, al exceso de combatientes que transportaba, y ello ocasionó que llegara a costas cubanas el dos de diciembre, por lo cual no hubo coincidencia con el alzamiento armado de Santiago de Cuba.

De todas formas, esa acción le demostró a la dictadura que había hombres capaces de enfrentarla con las armas en la mano, y que el ataque al cuartel Moncada no había sido un hecho fortuito, sino que obedecía a un plan bien orquestado y que los patriotas estaban decididos a continuar la lucha.  

En el levantamiento armado llevado a cabo en la ciudad de Santiago de Cuba, cayeron en combate valiosos jóvenes como José Tey, Antonio Alomá y Otto Parellada, quienes se sumaron heroicamente a la larga lista de mártires de la patria que dieron su vida para que los cubanos tuvieran un futuro mejor.

Cuando los expedicionarios ya se encontraban en la Sierra Maestra, el joven Frank País constituyó un fuerte pilar para el incipiente Ejército Rebelde, al enviar hombres, armas, avituallamiento y alimentos para fortalecer la guerrilla, con la ayuda de Celia Sánchez Manduley, quien luego se incorporó a las filas guerrilleras.

 

LOS MILICIANOD ESCRIBIERON PÁGINAS HEROICAS DE LA HISTORIA DE CUBA

LOS MILICIANOD ESCRIBIERON PÁGINAS HEROICAS DE LA HISTORIA DE CUBA

Por Rafael Labrada Díaz

Estados Unidos ha mantenido una política hostil contra la Revolución cubana desde el mismo momento en que triunfó, en enero de 1959, por lo cual ha realizado y realiza todo tipo de amenazas y agresiones contra la Isla, por lo cual los cubanos se vieron obligados a prepararse, desde el principio, para enfrentar cualquier contingencia proveniente de sus vecinos del Norte.

El 26 de octubre de 1959, en una multitudinaria concentración frente al entonces Palacio Presidencial, hoy Museo de la Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro anuncia que el pueblo sería preparado, en el ámbito castrense, para defender la patria; surgen así, las Milicias Nacionales Revolucionarias, compuestas por obreros, estudiantes y campesinos.   

En esos momentos, el Ejército Rebelde no contaba con muchos combatientes y con la formación de las milicias, la defensa del país quedó garantizada, porque miles de hombres y mujeres se incorporaron voluntariamente a la nueva fuerza que surgía para, de inmediato, comenzar su adiestramiento militar.

El Gobierno norteamericano, en 1960, organizó y equipó a bandas contrarrevolucionarias para que operaran en la Sierra de El Escambray, donde cometían todo tipo de fechoría contra la población civil, incluyendo el asesinato de jóvenes alfabetizadores con el fin de evitar el desarrollo de la Campaña de Alfabetización.

Efectivos de las Milicias Nacionales Revolucionarias, la Policía Nacional Revolucionaria y del Ejército Rebelde, en poco tiempo, limpiaron de bandidos a esas montañas  y demostraron la fuerza que había alcanzado la Revolución en el campo militar, como resultado de la incorporación del pueblo en la defensa del país.

El Gobierno de los Estados Unidos, no conforme con la derrota sufrida en la Sierra de El Escambray, lanzó una invasión mercenaria contra Cuba, en abril de 1961, con la finalidad de crear una cabeza de playa, pedir la intervención de los marines norteamericanos, derrocar al Gobierno Revolucionario y situar en el poder a un presidente leal a los intereses estadounidenses, a fin de volver a gobernar la Isla.

El plan del gobierno norteamericano incluía el engaño, pues con el propósito de hacer más fácil el reclutamiento de mercenarios, les hicieron creer que cuando llegaran a Cuba el pueblo los recibiría con los brazos abiertos, porque no apoyaban la Revolución, pero la realidad encontrada en la Mayor fue muy distinta.

En las arenas de Playa Girón, lo que encontraron fue un ejército compuesto por obreros, campesinos, estudiantes y miembros del Ejército Rebelde dispuestos a enfrentarlos con toda la energía; esos combatientes supieron derramar su sangre y hasta dar su vida por la Revolución con el mayor heroísmo y patriotismo y, al final, conquistaron una rotunda victoria, que repercutió en todo el planeta como la primera gran derrota militar de los Estados Unidos en América.

Estos hechos demuestran que cuando un pueblo abraza una causa, no habrá obstáculos que puedan frenarla y, por eso, los gobernantes norteamericanos deben estar seguros que jamás podrán doblegar a los cubanos ni con su bloqueo genocida, ni sus amenazas ni con sus medidas extraterritoriales.

 

EN EL ANIVERSARIO 93 DEL NATALICIO DE FIDEL

EN EL ANIVERSARIO 93 DEL NATALICIO DE FIDEL

Por Rafael Labrada Díaz

Este 13 de agosto, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, cumpliría 93 años de edad. Resulta difícil, en tan poco espacio, resumir la gran obra revolucionaria desarrollada por él en Cuba, donde dedicó gran parte de su vida a transformar el país en beneficio de los humildes, por tanto tiempo marginados bajo las condiciones de colonia que el imperialismo le impuso a la Isla.

La República de Cuba se instaura el 20 de mayo de 1902, con un gobierno aparentemente nacional, porque en realidad Estados Unidos era quien decidía todo lo que debía hacerse en el país, siempre en correspondencia con sus intereses a los cuales los sucesivos presidentes se plegaban plenamente.

Comenzaba la década del 50 del siglo pasado, cuando debían celebrarse elecciones generales en Cuba, el gobierno norteamericano, temeroso de que las fuerzas populares pudieran tomar el poder en esos comicios, decide dar un golpe de estado mediante la utilización de un personaje que ya le había mostrado servilismo: Fulgencio Batista.

El hecho se produjo el 10 de marzo de 1952, en vísperas de cumplirse cien años del nacimiento de José Martí, Apóstol de la independencia de Cuba, quien no había sido olvidado por los cubanos dignos, como tampoco habían olvidadas las luchas del 68 y el 95 por alcanzar la total independencia de la patria.

Surge del seno del pueblo la Juventud del Centenario, encabezada por el joven abogado Fidel Castro Ruz, dispuesta a luchar por cambiar la difícil situación imperante en Cuba y buscar un futuro mejor para la Isla como lo soñaron los patriotas de las contiendas del 68 y del 95.

Ese grupo de vanguardia ataca los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, con el propósito de entregarle las armas al pueblo, a fin de iniciar la lucha armada contra la tiranía, tomar el poder y emprender una profunda transformación en los ámbitos político, económico y social de la nación.

Por hechos fortuitos, ambas fortalezas militares no se pudieron tomar y gran parte de los revolucionarios fueron asesinados y los sobrevivientes comparecieron a juicio, en el cual Fidel en su alegato dio a conocer el programa del Moncada, denominado la Historia me Absolverá.

El líder de la Juventud del Centenario, en prisión, fundó el Movimiento Revolucionario 26 de Julio, luego partió para México, en calidad de exiliado, organiza allá una invasión a Cuba para continuar la lucha y llega a costas cubanas, a bordo del yate Granma el 2 de diciembre de 1956.

Luego de un primer combate desfavorable, los revolucionarios se encaminan hacia la Sierra Maestra para continuar la lucha, el grupo crece constantemente y luego de derrotar la gran ofensiva lanzada por la tiranía contra el grupo guerrillero, se expande la guerra hacia otras zonas del país, para alcanzar el triunfo el día primero de enero de 1959.

Las fuerzas rebeldes junto al pueblo, toman el poder y comienza la transformación del país. Se dicta la ley de Reforma Agraria, se nacionalizan las empresas extranjeras, se elimina maquinaria militar de la dictadura, se realiza la campaña de alfabetización, se ofrece la educación y la atención médica gratis y se lanza la consigna que todos los cubanos son iguales y comienza a aplicarse una política de justicia social.    

 

 

EL FIN DE LA OFENSIVA DE LA DICTADURA CONTRA LOS REBELDES EN LA SIERRA MAESTRA

EL FIN DE LA OFENSIVA DE LA DICTADURA CONTRA LOS REBELDES EN LA SIERRA MAESTRA

Por Rafael Labrada Díaz

El 7 de agosto de 1958, el Comandante en Jefe del Ejército Rebelde Fidel Castro Ruz, desde la Sierra Maestra, emite, a través de la emisora Radio Rebelde, el último parte relacionado con la ofensiva que la dictadura batistiana había lanzado contra las fuerzas revolucionarias que se encontraban en esas montañas de la zona oriental del país.  

Fidel en su informe, expresaba: "Con la retirada de las últimas unidades del Ejército de la tiranía de Las Mercedes, quedó derrotada de forma aplastante y definitiva la gran ofensiva enemiga contra el territorio rebelde del Primer Frente de la Sierra Maestra, durante la cual el mando militar de la dictadura lanzó sus más poderosos recursos en un intento final por destruir el núcleo central guerrillero".

Y añadía: "el valor, la tenacidad, el heroísmo y la capacidad de los combatientes rebeldes en la férrea y organizada defensa de las posiciones, y la aplicación contundente de todas las formas tácticas de acción de la guerrilla, desbarataron la ofensiva en 74 días de incesante e intenso batallar".

Ese hecho tuvo una gran significación para la lucha contra la tiranía, por cuanto una vez liberada la zona de la Sierra Maestra, creaba las condiciones para expandir la guerra hacia otras sitios del país, a fin de restarle poder a los efectivos de la dictadura, al tener que enfrentar a los rebeldes en varios puntos.

De esta forma, se encomienda al Comandante Raúl Castro Ruz la misión de crear un segundo frente en la Sierra Cristal, ubicada al norte de la entonces provincia de Oriente; y al Comandante Juan Almeida se le encarga la formación del tercer frente, en una zona cercana a la ciudad de Santiago de Cuba.

Al mismo tiempo, el alto mando del Ejército Rebelde designa al Comandante Ernesto Che Guevara para que marchara al frente de una columna rumbo a la provincia de Las Villas, para combatir a las fuerzas de la tiranía y buscar la unidad entre todos los grupos revolucionarios alzados en esa región.

También le encomienda al Comandante Camilo Cienfuegos la misión de conducir otra columna que, en una primera etapa, operaría en Las Villas, para luego continuar viaje hasta la occidental provincia de Pinar del Río, con la finalidad de impulsar la lucha revolucionaria contra la dictadura en esa zona.

La liberación de la Sierra Maestra también posibilitaba que las fuerzas que quedaban en la Sierra Maestra pudieran trasladarse hacia otros escenarios, fuera de las montañas, para combatir la tiranía, con lo cual la guerra se libraba desde varios sitios a la vez, lo cual ponía a los enemigos en una situación muy difícil.

Con esa estrategia, las fuerzas rebeldes pudieron intensificar sus acciones y comenzaron a tomar cuarteles, poblados y ciudades, como son los casos Maffo, Santa Clara y Yaguajay y otros puntos importantes, que constituyeron factores decisivos en la victoria lograda el primero de enero de 1959.  

 

LA IMPOSICIÓN A CUBA DE LA ENMIENDA PLATT

LA IMPOSICIÓN A CUBA DE LA ENMIENDA PLATT

Por Rafael Labrada Díaz

El 12 de junio de 1901, Cuba queda sujeta jurídicamente a la tutela de Estados Unidos, al imponérsele la Enmienda Platt como apéndice de la Constitución de la República, que nació el 20 de mayo de 1902 sin independencia ni soberanía, pese a la sangre derramada y los largos años de lucha.

Luego del Tratado de Paris, mediante el cual concluía la guerra cubano-hispano-norteamericana, el primero de enero de 1899 se consumaba la evacuación del ejército y las autoridades españolas, para que el general estadounidense Leonardo Wood se hiciera cargo de la gobernación de todo el país.

Lo primero que hizo el nuevo gobernador fue comenzar a crear las condiciones para consolidar el poder económico y político estadounidense en Cuba; es así como por Decreto del 25 de julio de 1900, Wood convocaba a una Asamblea Constituyente.

Uno de los párrafos de ese Decreto expresaba: “Redactar y adoptar una Constitución para el pueblo de Cuba y, como parte de ella, proveer y acordar con el Gobierno de los Estados Unidos en lo que respecta a las relaciones que habrán de existir entre aquel gobierno y el gobierno de Cuba”

La Convención Constituyente comenzó a trabajar el cinco de noviembre de 1900 y, en sus debates, acordó no tratar asuntos vinculados a las relaciones con Washington, sino solo los concernientes a la Constitución que se pretendía redactar.

El Gobierno estadounidense, arrogante y prepotente como siempre ha actuado, introdujo una enmienda en la Ley de presupuesto de su ejército, propuesta por el senador Platt, en la cual se establecía que Washington podía intervenir en los asuntos internos de Cuba, cuando las circunstancias así lo aconsejaran, en beneficio de sus intereses.

En la Isla, la Comisión de Ponencia de la Convención Constituyente se mantuvo firme en su rechazo a ese acuerdo, en lo cual sobresalió Juan Gualberto Gómez; pero la Administración de Estados Unidos exigió que los cubanos no podían modificar la Enmienda y tenían que aceptarla sin discusión.

Luego la Enmienda Platt se convirtió en el Tratado Permanente entre Cuba y la nación norteamericana, el que se firmó el 22 de mayo de 1903, pero antes, el 23 de febrero de 1903, se había rubricado el Tratado de Arrendamiento de Bases Navales y Militares, principal objetivo del Gobierno estadounidense.

El mejor juicio acerca del alcance y significación de la Enmienda Platt lo expuso el general Leonardo Wood: “…Por supuesto que a Cuba se le ha dejado poca o ninguna independencia con la Enmienda Platt… y lo único indicado ahora es buscar la anexión…”

Ese pensamiento no ha cambiado en el gobierno de los Estados Unidos y, por eso, mantiene un bloqueo comercial, económico y financiero con la intención de derrumbar la Revolución, la que vino a darle al pueblo cubano la independencia que nunca tuvo.

 

 

 

 

 

 

 

 

EN EL ANIVERSARIO 62 DEL DESEMBARCO DEL GRANMA

EN EL ANIVERSARIO 62 DEL DESEMBARCO DEL GRANMA

Por Rafael Labrada Díaz

Este 2 de diciembre se cumple el aniversario 62 del desembarco, en Cuba, de los expedicionarios del yate Granma, que procedentes de México, de donde habían zarpado desde el puerto de Tuxpan el 25 de noviembre de 1956, se disponían a iniciar la lucha armada contra el dictador Fulgencio Batista en las montañas orientales.

Durante el recorrido, bajo el liderato del revolucionario Fidel Castro Ruz, se presentaron serios contratiempos climáticos: fuertes vientos y el batir de las olas, provocaron mareos y vómitos en los tripulantes, mientras realizaban la travesía a través del Golfo de México, luego por el Mar Caribe y finalmente llegar a tierras cubanas.

La pequeña embarcación fue capaz de resistir la travesía con 82 hombres a bordo, cifra que sobrepasaba el número máximo permisible para la nave, a partir de su diseño de construcción; pero aquellos jóvenes prefirieron afrontar el riesgo de zozobrar, a continuar esperando su traslado a la Mayor de las Antillas a fin de iniciar la contienda.

El desembarco del Granma tenía como antecedentes los ataques a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, en los cuales los revolucionarios dieron muestras de que se podía luchar contra la tiranía batistiana y vencerla, siempre que se lograra la unidad del pueblo y se forjara el Ejercito Rebelde.

A las seis y cincuenta de la mañana, la embarcación encalló y los tripulantes tuvieron que transportar el armamento y materiales de guerra a través de un bote auxiliar, pero este se hundió porque el peso era muy fuerte, por lo que cada tripulante tuvo que cargar sus municiones y avanzar hacia la costa con el agua casi hasta los hombros. 

Llegaron a Playa Las Coloradas, en la costa sur del municipio de Niquero, perteneciente al oriente cubano; este es uno de los hechos importantes y heroicos de la Historia de Cuba, ya que la acción significaba el comienzo de la guerra contra la dictadura y porque aquellos hombres tuvieron que vencer, además, grandes obstáculos en los manglares para llegar a tierra, donde desconocían el terreno y las sorpresas que les podían acechar.

En el Granma viajaban tripulantes pertenecientes al Movimiento Revolucionario 26 de Julio, entre los que se encontraban Fidel Castro Ruz, Raúl Castro Ruz, el Che Guevara, Ramiro Valdés Menéndez, Camilo Cienfuegos Gorriarán, Juan Almeida Bosque y otros combatientes, todos deseosos de lograr la segunda independencia de la patria.

Horas después de llegar a tierra, fueron sorprendidos por el enemigo en un lugar paradójicamente conocido como Alegría de Pío; allí la falta de experiencia hizo estragos en la tropa, pues la mayoría de los revolucionarios se dispersó, lo cual ocasionó que algunos resultaran heridos y otros cayeran en manos del ejército y asesinados posteriormente.

Luego de un andar azaroso, diferentes pequeños grupos lograron reunirse con Fidel y emprender el ascenso hacia las montañas, donde el pequeño grupo guerrillero se fue fortaleciendo con nuevas incorporaciones de combatientes, hasta convertirse en un fuerte Ejército Rebelde, capaz de derrotar a lo mejor que tenía la dictadura en materia militar y declarar a la Sierra Maestra territorio libre de Cuba.

Llegó el momento de extender la guerra hacia otras zonas del país, como parte de la estrategia de la lucha, y Raúl Castro marchó hacia la Sierra Cristal para fundar el segundo frente, Juan Almeida se encaminó hacia las cercanías de Santiago de Cuba, para fundar el tercer frente y Camilo Cienfuegos y el Che Guevara recibieron la orden de realizar una invasión hacia la central provincia de Las Villas.

La gran ofensiva rebelde en Oriente y Las Villas, en la cual los revolucionarios libraron importantes batallas para tomar cuarteles, poblados y ciudades, entre las que figura la de Santa Clara, dieron al traste con la tiranía, cuando el dictador Fulgencio Batista huyó de Cuba con sus acólitos más allegados y, de esa manera, triunfa la insurrección armada el primero de enero de 1959.

El 2 de diciembre es una fecha importante en la historia cubana, por lo cual se tomó como el Día de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de la República de Cuba, y cada año se realizan diversas actividades para festejar la ocasión y recordar la epopeya del desembarco del Yate Granma. 

 

 

 

 

 

 

EL PUEBLO CUBANO LE RINDE TRIBUTO A FIDEL

EL PUEBLO CUBANO LE RINDE TRIBUTO A FIDEL

Por Rafael Labrada Díaz
Corría el 25 de noviembre del 2016, parecía que iba a ser un día como otro cualquiera, pero una noticia corrió por toda Cuba y el mundo: el eterno Comandante en Jefe de la Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, fallecía en La Habana, capital de la Mayor de las Antillas.
Por caprichos del azar, el máximo líder de los cubanos dejaba de existir físicamente en una fecha en que se cumplía el aniversario 61 de su salida de México en el Yate Granma, con los 82 expedicionarios que se dirigían a la Isla con el fin de iniciar la lucha armada contra el tirano Fulgencio Batista Zaldívar.
Iniciaron la contienda en la Sierra Maestra, y en diversos combates, el Ejército Rebelde, con victorias tras victorias, expulsó a los uniformados de las montañas y emprendió el traslado hacia otros puntos, para organizar varios frentes de combate, lo cual dio al traste con la dictadura el primero de enero de 1959.
Ante la desaparición física de Fidel, la mayoría del pueblo lloró la partida definitiva del hombre que supo luchar en las montañas y en el llano para lograr la segunda independencia de la patria y, en tiempo de paz, emprender el difícil proceso de transformar la base económica, política y social del país, en beneficio de las grandes masas populares.
La Reforma Agraria, convirtió en dueños de la tierra a miles de campesinos, quienes estaban obligados a entregar una parte de su producción a los latifundistas para poder malamente vivir con su familia, y no perecer de hambre, en tiempos en que el desempleo alcanzaba cifras insospechadas.
Se libró una campaña de alfabetización con el propósito de enseñar a leer y a escribir a cerca de un millón de analfabetos, con la singular participación de cien mil brigadistas Conrado Benítez, que se trasladaron hacia los lugares más apartados para llevar el pan de la enseñanza a los iletrados, donde fueron acogidos por los campesinos como un hijo más.
Terminada la campaña, se garantizó un aula para cada niño del país y miles de jóvenes recibieron becas para estudiar diferentes carreras y la educación comenzó a brindarse en forma gratuita en todos los niveles de enseñanza, mientras se inauguraban nuevas escuelas y la universidad dejó de ser privilegio de ciertas ciudades.
Comenzaron a formarse miles de médicos para desarrollar el sistema de salud a fin de garantizar una alta calidad de vida a la población y, sobre todo, con la puesta en práctica del funcionamiento de los consultorios del médico y la enfermera de la familia, ubicados en las comunidades, para ofrecer atención primaria a los pacientes.   
Se inició la industrialización del país y el desarrollo de la agricultura, con la finalidad de ir alcanzando crecimientos en la economía, pese al bloqueo que los Estados Unidos mantiene sobre Cuba, desde hace más de 50 años, con el propósito de derrumbar la Revolución.
En todo ello está por siempre las ideas de Fidel, quien supo dedicar parte de su vida a liberar a su país de las garras del imperialismo norteamericano y emprender la construcción del socialismo, camino que ha sido tortuoso, porque los antiguos amos no se resignan a perder la estratégica isla de Cuba, que durante tanto tiempo tuvieron bajo su dominio.
Cuando se cumplen dos años de la desaparición física del eterno Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en todo el archipiélago cubano, tienen lugar las más diversas actividades en recordación a su memoria y cuando las cenizas del querido líder recorrían todo el país, no era un adiós, sino la reafirmación de que seguía cabalgando con el pueblo para preservar la Revolución y el socialismo.
 

CELEBRAN EN LAS TUNAS LA JORNADA CIENTÍTICA HISTORIA DE LA PRENSA

Por Rafael Labrada Díaz

Periodistas de la provincia de Las Tunas desarrollaron la Jornada Científica de Historia de la Prensa, evento que cada año se celebra en el territorio con la finalidad de analizar investigaciones acerca de diferentes aspectos relacionados con el periodismo tunero.

En esta ocasión, se defendieron, ante un jurado, seis indagaciones, cuyos temas versan sobre el proceso de superación profesional de los locutores vinculados a la labor informativa, de la emisora provincial Radio Victoria, y apuntes históricos de la emisora CMKG Radio Tunas.

Otros estudios tratan la labor desarrollada por la radio amplificadores del municipio de Manatí, una especie de radio-base local que funcionaba en la zona y que constituye el antecedente de la estación Radio Manatí, que existe en estos momentos en la loclidad tunera.

También se presentaron indagaciones relacionadas con diversos aspectos del quehacer de la emisora Radio Libertad, del municipio de Puerto Padre; Historia del Canal Azul de televisión, de ese mismo territorio, y la programación informativa del telecentro Tunas Visión, de Las Tunas.  

Luego de las deliberaciones del Jurado, este determinó otorgar el primer lugar a la investigación titulada CMKG apuntes historiográficos de una emisora, de la periodista Natacha Díaz Bardón; el segundo lugar fue para el estudio denominado Historia del Canal Azul, de las autoras Elizabeth Silva Rodríguez e Isel Rodríguez Peña.

El tercer lugar recayó en la indagación Apuntes de la superación de los locutores en Radio Victoria, de la periodista Maira Benita Castro Lora; mientras el autor Andrés Lozano Zamora alcanzó mención con su trabajo Radio Amplificadores Manatí.

La ocasión fue propicia para rendir póstumo tributo de recordación al recién fallecido periodista de la emisora provincial Radio Victoria, Enrique José Villegas Arias, quien laboró por más de veintisiete años en esa planta radial con resultados altamente satisfactorios.

El evento estuvo dedicado al aniversario 150 del inicio de las luchas independentistas en Las Tunas; al aniversario 65 de la fundación de Radio Victoria; el aniversario 40 del periódico 26, del territorio; al décimo de la emisora Radio Cabaniguán, del municipio de Jobabo, y al decimoquinto de la planta radial Radio Manatí.  

EN EL ANIVERSARIO 150 DEL INICIO DE LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA

EN EL ANIVERSARIO 150 DEL INICIO DE LA LUCHA POR LA INDEPENDENCIA

                                        Carlos Manuel de Céspedes

Por Rafael Labrada Díaz

Cuando corría el año 1868, a España solo le quedaban como colonias en América Cuba y Puerto Rico, pues las restantes regiones que antes estaban bajo el dominio de los peninsulares habían conquistado su independencia, tras una cruenta guerra de liberación.

Esta situación llevó a los colonialistas a explotar al máximo a la Mayor de las Antillas para tratar de paliar la difícil situación económica de la Corona, habituada a vivir de los territorios conquistados en el llamado Nuevo Mundo y que ya buena parte no le pertenecía; ello exacerbó las contradicciones de la Isla con la Metrópoli. 

Los hacendados criollos poseían prácticamente el poder económico, pero no tenían ningún derecho político, mientras los impuestos que aplicaba la metrópoli cada vez eran más elevados y ello fue creando un ambiente cada vez más hostil de los cubanos respecto a España.

Por otro lado, los españoles mantenían el régimen esclavista, lo cual ya en esos momentos constituía un freno para el desarrollo económico, político y social y no se vislumbraban cambios en este sentido, todo lo cual contribuyó a que en la Isla fuera formándose una nueva conciencia entre los criollos y la formación de la nacionalidad cubana.

Este desarrollo en el campo de las ideas más los obstáculos que significaban las férreas medidas de España, crearon las condiciones objetivas para que los patriotas decidieran iniciar la lucha armada contra la metrópoli con el propósito de alcanzar la independencia de Cuba.

El 10 de octubre de 1868 el abogado Carlos Manuel de Céspedes, rico hacendado bayamés, se declaró en guerra contra los peninsulares, les dio la libertad a sus esclavos en su ingenio La Damajagua y los invitó a luchar para alcanzar la libertad de la patria.

En reunión de los patriotas celebrada en el territorio de Las Tunas, se había acordado iniciar la contienda en una fecha posterior, pero la delación de un traidor obligó a los patriotas a adelantar la fecha del alzamiento para evitar que los principales jefes fueran hechos prisioneros.   

Los revolucionarios de Las Tunas, tres días después del hecho de la Demajagua  en Bayamo, atacaron la ciudad, bajo el mando de Vicente García, quien procedía de una de las familias más acaudaladas de la región y prácticamente la tomaron, pues solamente la iglesia no cayó en manos de los insurrectos.   

En diversas zonas del territorio oriental otros patriotas también se sumaron a la lucha contra la metrópoli, lucha que se extendió durante diez años en los que, pese a la superioridad en hombres y armas del ejército peninsular, este sufría constantes derrotas en el campo de batalla y cada vez era más palpable la victoria definitiva de los cubanos.

El ejército español no pudo impedir que la guerra se extendiera hasta las regiones central y occidental del país, como estaba previsto en las principales estrategias del Ejército Libertador; a ello se unía el hecho de que los soldados peninsulares estaban expuestos a un clima ajeno al existente en España.

Hacia 1877, la contienda prácticamente estaba ganada por los patriotas cubanos; estos tenían el dominio de la mayor parte de las zonas rurales en los territorios de Oriente, Camagüey y el centro de la Isla, y cada vez que los españoles intentaban incursionar en esas comarcas, sufrían cuantiosas bajas al chocar con las tropas revolucionarias.

Los nombres de Máximo Gómez, Antonio Maceo, Vicente García, Ignacio Agramonte y muchos más brillaron en los campos de batalla por su valor, heroísmo y sagacidad en el manejo de sus tropas, cualidades que conducían, en cada ocasión, a que los revolucionarios salieran victoriosos en los combates frente a sus enemigos peninsulares. 

En el campo insurrecto, esta favorable situación chocó contra factores más fuertes que el ejército español: la falta de unidad entre los patriotas, el caudillismo y el regionalismo, elementos que hicieron mella entre las fuerzas cubanas y buena parte de ellas optó por acatar la propuesta de paz formulada por los españoles.

El general español, Arsenio Martínez Campos, fue enviado a Cuba, para aplicar una política astuta, basada en no responder a los ataques de los cubanos y convencer a los oficiales del Ejército Libertador sobre la necesidad de poner fin a la guerra; así surge lo que pasó a la historia como la Paz del Zanjón, que declaraba el fin de la contienda, pero sin lograr la libertad de Cuba. 

Martínez Campos no pudo completar su obra, por cuanto los insurrectos orientales, con el Mayor General Antonio Maceo al frente, en entrevista con el alto oficial español, le hicieron saber que ellos no acataban esa paz, porque no incluía la independencia de Cuba y que continuarían la lucha hasta alcanzarla.

La guerra prosiguió algún tiempo más en esta región, hasta que los revolucionarios se percataron de que era prudente hacer un alto en la contienda, salir al exterior de la Isla y cuando tuvieran mejores condiciones, regresar a la Patria para reiniciar los combates a fin de liberarla del coloniaje español.   

 

LA PRIMERA GRADUACIÓN DE MÉDICOS HECHA POR LA REVOLUCIÓN

Por Rafael Labrada Díaz 
El DIEZ de septiembre de 1964 se produjo, en el teatro de la Central de Trabajadores 
de Cuba, la graduación de los primeros DOSCIENTOS CINCUENTA médicos formados
íntegramente por la Revolución, en una ceremonia que presidió el Comandante en
Jefe Fidel Castro.
Tras el triunfo de enero de 1959 contra la tiranía batistiana, Estados Unidos comenzó
a emplear diversas maniobras dirigidas a dejar sin galenos a la Mayor de las Antillas,
y ello ocasionó que varios profesionales del sector abandonaran el país.
Esa campaña estaba dirigida a reducir la atención médica a la población, lo cual 
provocaría el surgimiento de diversas epidemias, que, al no poder combatirlas por la
falta de especialistas, ocurriría el derrocamiento de la Revolución por enfermedades.
Los imperialistas, una vez más, se equivocaron; las masas resistieron la carencia de 
profesionales de la salud y, al mismo tiempo, se puso en práctica un programa
encaminado a formar nuevos galenos.
Estos estudiantes cursaron la carrera mediante la aplicación del principio de combinar
la teoría con la práctica, y ello les
posibilitó graduarse con una alta preparación,
hecho no conocido en la historia de la medicina cubana.
La graduación de esos doscientos cincuenta médicos, constituyó un acontecimiento
importante, porque ello posibilitaba
mejorar la atención a los pacientes, y también
marcaba el inicio de un gran esfuerzo en la formación de galenos. 
En todas las provincias del país se crearon Universidades y Facultades de Ciencias
Médicas, lo cual posibilitó, en poco
tiempo, contar con una alta matrícula en las
distintas disciplinas, con el fin de satisfacer las necesidades.
Cada año, en Cuba egresan miles de estudiantes nacionales y extranjeros graduados
en medicina, estomatología,
enfermería y otras disciplinas, los cuales poseen un alto
nivel científico, logrado mediante la combinación de la teoría con
la práctica.
Los planes imperialistas de despojar de médicos a los cubanos se estrellaron contra 
el programa de la Revolución, dirigido
a formar especialistas, los cuales no solo
atienden a pacientes en la Mayor de las Antillas, sino también prestan servicios

en diversas naciones.
 
 
 
 
       
   
 
   
 
   
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 

NACE EL MAYOR GENERAL CALIXTO GARCÍA IÑIGUEZ

NACE EL MAYOR GENERAL CALIXTO GARCÍA IÑIGUEZ

 

                                             Mayor General Calixto García

Por Rafael Labrada Díaz

El 4 de agosto de 1839, nace Calixto García Iñiguez en la zona de Holguín, pero luego se traslada hacia Jiguaní con su familia, donde crece y se convierte en un joven patriota; allí conoce a la que más tarde sería su esposa. Aante el llamado de la Patria, se incorpora a la lucha contra España.

Al producirse el estallido insurreccional encabezado por Carlos Manuel de Céspedes el 10 de octubre de 1868, en Jiguaní, Donato Mármol es el jefe de la conspiración y entre los combatientes que se encontran bajo sus órdenes está  el patriota holguinero.

Calixto va a tener la formación militar bajo la égida de Donato y figuras de la talla de Máximo Gómez y Modesto Díaz, que lo convirtieron muy pronto en uno de los oficiales más relevantes de las filas del Ejercito Libertador. Se destaca en importantes campañas, por lo cual alcanza el grado de general, y reiteradamente actúa como segundo al mando de Gómez.

En esas acciones demuestra su capacidad como jefe militar y estratega, por lo que merece el elogio de sus superiores, incluso del propio Céspedes quien reconoce su pericia en los ataques a los poblados orientales de Jiguaní, Guisa y Alcalá.

Cuando en 1873 la Cámara de Representantes, inconforme con los métodos de dirección del presidente de la Republica en Armas, Carlos Manuel de Céspedes, dicta su destitución del cargo, encarga a Calixto García que ejecute la decisión adoptada.

Años después, consciente de la relevancia de sus actos y el significado que este hecho tuvo en la suerte final del Padre de la Patria, en carta a Fernando Figueredo Socarrás le dice: “No tema usted acusarnos y pintarnos como fuimos con nuestros grandes defectos y pequeñas virtudes”.

Durante el resto de la Guerra de los Diez Años, se mantiene luchando, hasta su apresamiento en septiembre de 1874; en esta ocasión, intenta suicidarse antes que caer en manos españolas, pero se recupera y lo envían a cumplir prisión en España; tras el Pacto del Zanjón, obtiene la libertad y se embarca hacia Nueva York, donde se da a la tarea de organizar la Guerra Chiquita.

 Una vez preparada las condiciones, burla la vigilancia española y logra desembarcar en territorio cubano, donde permanece cierto tiempo, mas al percatarse de que no existían posibilidades para la nueva lucha y con su salud quebrantada, decide capitular; no obstante, los españoles lo apresan y lo envían nuevamente a España.

De allá se traslada haca territorio de los Estados Unidos, para continúa los preparativos a fin de volver a Cuba cuando se reiniciara la lucha. Al comenzar la Guerra de 1895, Calixto organiza una expedición que desembarca por la zona de Baracoa.

Las experiencias acumuladas de campañas anteriores le valieron el nombramiento de Jefe del Departamento Oriental y, a la muerte de Antonio Maceo, le sustituye en el cargo de Lugarteniente general del Ejército Libertador.

Si bien Calixto apoya a las tropas de intervención norteamericana en el conflicto contra España, como una forma de derrotar más rápidamente a los peninsulares, nunca acepta el posterior comportamiento que los representantes de ese país tuvieron en la Isla.

En diciembre de 1898, le dan la misión de viajar a territorio estadounidense con la finalidad de lograr el reconocimiento de la Asamblea de Santa Cruz, órgano de gobierno, así como gestionar dinero para el licenciamiento de los combatientes del Ejército Libertador.
   
Allí le sorprendió la muerte. Posteriormente, sus restos se trasladan a Cuba, donde fueron sepultados en medio de una multitudinaria manifestación popular, como tributo a quien tuvo, entre tantos méritos, el ser uno de los pocos generales que combatió en las tres guerras de independencia de la Isla.

EN EL ANIVERSARIO 82 DEL NATALICIO DE CLODOMIRA

EN EL ANIVERSARIO 82 DEL NATALICIO DE CLODOMIRA

Por Rafael Labrada Díaz

En un sitio denominado El Cayayal, ubicado en las altas serranías orientales de la Sierra Maestra, en el seno de una humilde familia, el dos de febrero de 1936 nace Clodomira Acosta Ferrals, la que luego sería la joven campesina convertida en mensajera del Ejército Rebelde, para las acciones de mayor confiabilidad e intrepidez.  

La valerosa mujer, constituyó una de las tantas que ofreció su valiosa ayuda a los combatientes que emprendieron la lucha armada contra la tiranía batistiana que, con el más traidor entreguismo a los intereses de los Estados Unidos, asesinaba, torturaba y encarcelaba a quienes se les oponían en cualquier región del país.

Clodomira no combatía con las armas junto a sus compañeros en las montañas orientales, su misión era mucho más difícil y no exenta de riesgos, por cuanto su labor se desarrollaba en el mismo ámbito de sus enemigos en forma clandestina, lo cual exigía serenidad, coraje y una profunda convicción de la misión que realizaba.

Fue portadora de los más diversos mensajes del Comandante en Jefe Fidel Castro dirigidos a disímiles puntos de la geografía cubana, los cuales representaban una gran importancia para el desarrollo de la insurrección en las montañas y en el llano, acciones que supo cumplir con responsabilidad, patriotismo y decisión.

Por ello, sus servicios a la causa de la segunda liberación de la Patria, no tenían precio para los revolucionarios y, gracias a sus misiones, el Ejército Rebelde mantenía imprescindibles contactos con revolucionarios ubicados en las zonas urbanas y rurales, cuyas colaboraciones representaban un baluarte para el sostenimiento y avance del grupo de combatientes que operaban en la Sierra Maestra.     

El Comandante en Jefe del Ejército Rebelde Fidel Castro le encomendó una misión en La Habana y, como siempre, de inmediato partió rumbo a la capital del país, pero en esa urbe cayó en manos de los esbirros de la tiranía, al ser hecha prisionera junto a su compañera de lucha Lydia Doce, en septiembre de 1958.

Las fuerzas represivas se ensañaron con aquellas indefensas mujeres, como venganza por los costosos reveses sufridos ante el avance de los rebeldes en las zonas oriental y central del país, que a la postre dieron al traste con la dictadura batistiana el primero de enero de 1959, al huir el tirano hacia el exterior junto a sus acólitos más allegados.

Clodimira y Lydia fueron sometidas a las más salvajes torturas, sin que sus victimarios pudieran arrancarles una sola palabra de delación por aquellas heroínas, hijas fieles de la patria a la cual ofrendaron la vida; sus cadáveres, luego de introducidos en sacos con arena, fueron lanzados al mar.

El pueblo cubano celebra agradecido el natalicio de la campesina que entregó lo más preciado para que la Revolución fuera una realidad en su país, y nunca más cayera en manos del imperialismo norteamericano, cuyo saqueo y dominio político, económico y social se prolongó durante varios años.          

 

 

NACE ANA BETANCOURT

NACE ANA BETANCOURT

Por Rafael Labrada Díaz

El 13 de diciembre del año 1832, nace Ana Betancourt en el seno de una familia acomodada, residente en Camagüey, donde luego inicia su lucha por la independencia de Cuba. 

La patriota contrae matrimonio con Ignacio Mora, quien en noviembre de 1868 parte con Ignacio Agramonte a luchar por la libertad de la Patria y secundar el levantamiento realizado por Carlos Manuel de Céspedes en su ingenio La Demajagua. 

El hostigamiento y la persecución de las fuerzas españolas contra Ana NO se hacen esperar y, en diciembre, casi un mes después de la partida de su esposo, ella decide marchar hacia la manigua para unirse a los insurrectos.

En abril de 1869, se celebra en Guáimaro  la Asamblea Constituyente de la República de Cuba, a la que asiste la patriota con otros jóvenes de Las Villas, Camagüey y Oriente para presenciar los debates.

Al terminar las sesiones, Ana habla en un mitin y sus palabras van a quedar para siempre en las páginas de la historia: “Cuando llegue el momento de libertar a la mujer, el cubano, que ha echado abajo la esclavitud del color, consagrará también su alma generosa a la conquista de los derechos de la que es hoy en la guerra su hermana de caridad, abnegada, que mañana será, como fue ayer, su compañera ejemplar."

En la multitud que la escuchaba estaba Carlos Manuel de Céspedes, elegido Presidente de la República de Cuba, quien al acercársele para felicitarla, le dijo: " El historiador cubano al escribir sobre este día, dirá cómo usted, adelantándose a su tiempo, pidió la emancipación de la mujer".

Transcurría julio de 1871, los patriotas se encontraban en Najasa, donde el enemigo los sorprende; una rápida estratagema de Ana permite escapar a Ignacio Mora, pero ella cae en manos españolas y la llevan hasta un campamento en las cercanías de Santa Cruz del Sur, donde, enferma de reuma, sufre el horrible espectáculo de los abusos con los prisioneros.

Más tarde, la deportan y sale a bordo del vapor Ciudad de Mérida hacia New York y comienza para Ana un forzado peregrinar por varios países, que incluye, además de Estados Unidos, Jamaica,  El Salvador y  España, pero nunca deja de luchar por la independencia de Cuba. 

El 11 de abril de 1982, en Guáimaro, la ciudad que sirvió de escenario a su trascendental inclusión en la historia de Cuba, un mausoleo aledaño al lugar donde en abril de 1869 se proclamó la Asamblea Constituyente de la República de Cuba, recibe definitivamente sus restos.

Una firme y elevada columna con su efigie rinde perenne tributo a quien, además de ser ejemplo de patriotismo y tenacidad, se ubicó entre las primeras mujeres del continente americano en proclamar los derechos de la mujer a su plena emancipación.

CONSTITUCIÓN DE LAS MILICIAS NACIONALES REVOLUCIONARIAS

CONSTITUCIÓN DE LAS MILICIAS NACIONALES REVOLUCIONARIAS
 
Por Rafael Labrada Díaz 
El 26 de octubre de 1959, en una multitudinaria concentración frente al entonces Palacio 
Presidencial, hoy
Museo de la Revolución, el Comandante en Jefe Fidel Castro anuncia que
el pueblo sería militarmente preparado
y armado.
Surgieron así las Milicias Nacionales Revolucionarias que enriquecieron la gloria de las 
tradiciones combativas

de la nación durante los combates de Girón, la Crisis de Octubre, la Lucha contra Bandidos y
otras acciones en defensa
de la Revolución.
Durante aquel histórico acto, el comandante Camilo Cienfuegos pronunció su último discurso,
en el cual inmortalizó
los versos del poema Mi bandera, de Bonifacio Byrne, cuando dijo:
" Si deshecha en menudos pedazos se llega a ver
mi bandera algún día, nuestros muertos
alzando los brazos la sabrán defender todavía"
De inmediato, comenzó el proceso de organización de las Milicias Nacionales Revolucionarias, 
tanto en las ciudades
 como en las zonas rurales, con el fin de defender la Revolución, frente a
los enemigos de dentro y del exterior.        
El tiempo libre de los obreros y campesinos lo ocupan las voces de mando de improvisados 
instructores, que
adiestran a los milicianos en el campo militar, quienes portan réplicas de
armas fabricadas con madera.
Diciembre de 1960 constituye la primera ocasión en que los milicianos demuestran su lealtad 
a la patria,
al producirse el atrincheramiento ordenado por el alto mando de la Revolución,
ante el peligro que representa para Cuba
 el cambio de presidente de Estados Unidos, en
enero de 1961.
Miles de hombres se movilizan en todo el país, y permanecen firmes en el puesto de combate, 
hasta que cambian
 las condiciones internacionales, por las cuales se ha realizado esa acción
defensiva, a finales de 1960 y principios de 1961.
Luego vendría la hazaña gloriosa de los milicianos en abril de 1961, al liquidar la invasión
mercenaria enviada por
 Estados Unidos hacia Playa Girón, en solo 72 horas de combate, en
los cuales hay derroche de heroísmo y valor.
Las Milicias Nacionales Revolucionarias, surgidas de la lucha de Los Malagones en Pinar del 
Río contra bandidos
contrarrevolucionarios, constituyen un factor decisivo en la liquidación
de las bandas enemigas que operan en la Sierra del Escambray y otros lugares. 

Al conmemorar el aniversario 52 de la creación de ese cuerpo armado, los miembros
de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Ministerio del Interior, las Milicias de Tropas
Territoriales, los estudiantes de las escuelas Camilo Cienfuegos y otras fuerzas siguen
el ejemplo de aquellos milicianos que, en su momento, supieron defender la Revolución.

 

 

 

 

CAMILO CIENFUEGOS CLAUSURA, EN 1959, UN CURSO DE MIEMBROS DEL EJERCITO REBELDE.

CAMILO CIENFUEGOS CLAUSURA, EN 1959, UN CURSO DE MIEMBROS DEL EJERCITO REBELDE.

Por Rafael Labrada Díaz

El Ejército Rebelde se fue nutriendo de combatientes que no tenían una formación académica en el campo militar, solo tenían la voluntad y la decisión de luchar contra la tiranía batistiana a fin de conquistar un futuro mejor para la patria, pisoteada por los más mezquinos intereses foráneos, avalados por los gobernantes de turno.

 

Al triunfar la Revolución, se abría un camino mucho más complejo que el transitado durante la guerra, por cuanto había que destruir la maquinaria militar del régimen derrumbado y sustituirla por una nueva institución armada, capaz de satisfacer las necesidades de la nueva sociedad que se pretendía construir.

 

Ello demandaba la preparación de los jefes y oficiales del Ejército Rebelde, con la finalidad de que estuvieran en condiciones de cumplir tales objetivos y, por ello, una vez alcanzado el poder, se organizaron cursos de superación, los cuales poco a poco fueron formando los cuadros de la Revolución.

 

El 22 de septiembre de 1959, el Comandante Camilo Cienfuegos clausuró, en La Habana, el acto de graduación de un curso destinado a oficiales del Ejército Rebelde quienes, a partir de entonces, estaban mejor preparados para cumplir las misiones que demandaba el momento histórico.

 

Camilo, consciente de que aquellos hombres eran los mismos que en

los combates contra la dictadura hicieron marchas forzadas, pasaron hambre y estuvieron siempre dispuestos a dar la vida por la causa de su patria, los estimula por el esfuerzo realizado por aprender nuevos conocimientos.

 

El Héroe de Yaguajay les advierte que los sacrificios no terminaron el 31 de diciembre de 1958, porque al decir de él "la república, la patria necesita del esfuerzo y del trabajo de cada uno de nosotros”, en aras de transformarla en beneficio de las grandes masas.

 

Y agregaba Camilo en sus palabras a los recién graduados: "En ustedes confiamos, compañeros, en ustedes confía el pueblo de Cuba, y el

pueblo de Cuba y nosotros esperamos que no se traicione esa confianza que se ha depositado en ustedes". Con ello buscaba el compromiso de aquellos hombres de continuar la lucha al lado de los humildes a cualquier precio.

 

Luego, la Revolución fue creando nuevas escuelas, institutos y academias, donde   miles de combatientes se formaron como cuadros militares con los conocimientos más modernos, en lo cual se destacan las Escuelas Militares Camilo Cienfuegos, a las cuales ingresan jóvenes con vocación para formarse como futuros oficiales.

 

EL ESTALLIDO DE LA GUERRA CHIQUITA EN CUBA

EL ESTALLIDO DE LA GUERRA CHIQUITA EN CUBA

Por Rafael Labrada Díaz

El 24 de agosto de 1879 estalló la Guerra Chiquita en Cuba, como continuidad de la lucha armada iniciada por los cubanos en 1868, con el propósito de alcanzar la independencia de la patria, oprimida por los colonialistas españoles desde el año 1511.

Pocos meses después de firmada la Paz del Zanjón, la cual no preveía la liberación de la isla, Calixto García constituyó, en Nueva York, el Comité Revolucionario Cubano, el cual tenía la misión de organizar una nueva contienda contra España.

Como resultado de la labor de ese Comité, los primeros alzamientos se efectuaron el 24 de agosto de 1879 en Gibara, Holguín y en Santiago de Cuba, y manifestaciones de rebeldía en Las Villas; mientras en La Habana las acciones se vieron frustradas por la detención de José Martí y el arresto de los demás insurrectos de la capital.

Junto a Martí se encontraba el periodista Juan Gualberto Gómez, quien desde su posición de director del periódico La Fraternidad, había desarrollado una destacada actividad en la preparación de las masas negras y blancas, para la unión en la batalla por la liberación de la Isla.   

En los primeros momentos de esta contienda, se notaba la ausencia de sus principales jefes que se encontraban en el exterior y ello constituyó un factor negativo para la lucha, por cuanto los insurrectos no tenían una dirección centralizada.

Al llegar Calixto García a tierra cubana, procedente de Estados Unidos, ya los patriotas llevaban nueve meses de combate, sin apenas armas y municiones y sin haber podido establecer contactos con García, por lo cual algunos habían iniciado gestiones para la capitulación.

Otro de los problemas afrontados por los insurrectos             fue la falta de comunicación entre los grupos existentes en la parte oriental del país y los que luchaban en Las Villas y otras regiones, lo cual impedía lograr una unión efectiva entre ellos para el mejor desarrollo de la guerra.              

Estas situaciones se fueron agravando hasta que, en diciembre de 1880, todos los patriotas se vieron obligados a deponer las armas, incluyendo a Calixto García, quien se encontraba enfermo y no estaba en condiciones físicas de continuar en la manigua.

Las autoridades españolas decidieron deportar hacia España a los patriotas insurrectos, incluyendo a Calixto García, máximo jefe de la revuelta, quien después de permanecer algún tiempo en la metrópoli, se dirigió hacia los Estados Unidos.

José Martí realizó un profundo estudio de las causas del fracaso de la Guerra Chiquita, a fin de tomarlas como experiencia en los preparativos de la Guerra Necesaria, para evitar la repetición de errores nocivos a la contienda que se proponía iniciar.

Los resultados de este alzamiento fueron trescientos patriotas deportados y cerca de dos mil muertos, pero quedó en la historia como un nuevo ejemplo de la decisión de los cubanos de liberar a la patria del yugo español, el cual se había extendido, hasta ese momento, por más de seiscientos años. 

 

LA LUCHA CONTRA EL TIRANO GERARDO MACHADO Y MORALES

LA LUCHA CONTRA EL TIRANO GERARDO MACHADO Y MORALES

Por Rafael Labrada Díaz

El 20 de mayo de 1925, ocupa la presidencia de la República mediatizada de Cuba Gerardo Machado y Morales, gobernante impopular que había ocupado el cargo mediante chanchullos electorales con los caudillos locales, a espaldas de la decisión del pueblo.

Machado, al principio de su mandato, había anunciado demagógicamente que lucharía por una regeneración nacional, honradez e inversiones públicas, pero en realidad estaba apoyado por los intereses del imperialismo norteamericano, en especial, su capital financiero.

Pronto el nuevo gobierno tendría que enfrentarse a un movimiento obrero en ascenso que venía tomando conciencia de clase y, por ello, el 26 de mayo de 1925, se produce una huelga en el central Santa Lucía; el 29 del mismo mes ocurre otro hecho similar con los albañiles de Gibara y los peones en Santiago de Cuba.

El 23 de junio de 1925, se declaran en huelga los repartidores de pan de Matanzas y los ayudantes de albañil de Cienfuegos; mientras el 7 de julio anuncian otro paro los escogedores de tabaco pertenecientes a la zona de la Remedios.

El gobierno de Gerardo Machado se va a caracterizar por los asesinatos y persecución de obreros, campesinos y estudiantes progresistas, hipotecar, aun más al estado cubano y un total entreguismo a los intereses de los Estados Unidos

Desde 1925, ocurre una reducción en la producción azucarera, principal fuente de ingreso de divisas de la nación; si en 1926 operaron 176 ingenios, en 1933 solo lo hicieron 133, cuando la zafra solo duró 66 días, lo cual indica la caída de la actividad económica de Cuba con la consiguiente elevación del número de desempleados en el país que ascendía a unos 250 mil obreros.

En esta época, se produjo una crisis en la economía de los Estados Unidos, la cual se reflejó con fuerza en Cuba, para provocar una pobreza nunca vista en la Isla; varias fábricas se vieron obligadas a cerrar sus puertas y muchos profesionales, para poder vivir. ocuparon empleos que nada tenían que ver con sus especialidades

En los días 16 y 17 de agosto del año 1925, se celebró el congreso constituyente del primer Partido Comunista de Cuba, en cuya dirección nacional figuraban hombres de la talla de Carlos Baliño, Julio Antonio Mella y otros destacados revolucionarios, hecho que constituyó un factor de mucha importancia para la educación política de las masas.

En 1930, se produce la primera gran batalla contra el régimen machadista: la huelga general del 20 de marzo, dirigida por Rubén Martínez Villena que involucró a unos 200 mil obreros y la tiranía aterrorizada asaltó al Centro Obrero y reprimió furiosamente a toda manifestación popular.

 

El 12 de agosto de 1933, otra huelga general revolucionaria que comenzó con la paralización del servicio de ómnibus de La Habana y se extendió progresivamente a toda la nación, mas el hecho de que algunas unidades militares le comunicaron a Machado que no le seguirían prestando apoyo, provocó su huida del país para dirigirse a Nassau.

El pueblo había tenido una victoria frente a la tiranía machadista, pero no supo conquistar el poder, el cual cayó en manos de Carlos Manuel de Céspedes, quien organizó un gabinete compuesto por elementos conservadores, lo cual demostraba las características burguesas de su gobierno    

 

 

 

 

NACE CALIXTO GARCÍA ÍÑIGUEZ

NACE CALIXTO GARCÍA ÍÑIGUEZ

Calixto García Íñiguez nació en la provincia de Holguín el 4 de agosto de 1839 y dedicó gran parte de su vida a luchar por la independencia de Cuba, en lo cual tuvo el honor de combatir en las tres guerras desarrolladas en el siglo XIX en la Isla con esa finalidad.

En 1869, se unió a la Guerra del 68 o Guerra Grande, mediante su alzamiento en la región de Holguín; en esa zona, organizó a las dispersas partidas mambisas bajo una férrea disciplina y mantuvo en jaque a las tropas españolas situadas en las cercanías de las ciudades de Holguín, Banes, Gibara y Mayarí y luego sus acciones se hicieron sentir también en Moa, en la época en que Antonio Maceo llevaba a cabo la histórica campaña de Guantánamo.

El 5 de septiembre 1874, mientras intentaba impedir conversaciones de paz no autorizados por el Gobierno de la República de Cuba en Armas, entre oficiales españoles y algunos jefes cubanos en la zona entre Manzanillo y Bayamo,  el ya Mayor General Calixto García fue sorprendido con muy pocos hombres por una columna enemiga en el lugar conocido por San Antonio de Baja.

Pese a lo inesperado y desigual encuentro, Calixto García se enfrentó con valentía a los españoles, acción en la que gastó casi todos los cartuchos que llevaba consigo y, ante la posibilidad de caer prisionero, prefirió el suicidio antes que entregarse a sus enemigos y se aplicó el llamado "tiro de la vianda".

Se hizo un disparo en el paladar con su revólver sin poder lograr su objetivo, pues sobrevivió y gravemente herido fue apresado por las tropas españolas de Francisco Ariza Gómez; primeramente, lo condujeron al poblado de Veguitas, donde los médicos militares peninsulares le salvaron la vida: de ahí, lo llevaron a Manzanillo, luego a Santiago de Cuba y finalmente a La Habana.

Tras una ligera recuperación, lo trasladaron como prisionero político hacia a España, donde estuvo desterrado hasta 1878, cuando recobró la libertad bajo la amnistía decretada por el general español Arsenio Martínez Campos; entonces viajó hacia los Estados Unidos, para reunirse con la emigración patriótica.

Luego de la protesta de Baraguá, encabezada por Antonio Maceo, con el objetivo de invalidar el pacto del Zanjón y continuar las luchas hasta alcanzar la independencia, la dirección revolucionaria consideró que Calixto García  era el más apropiado para dirigir el nuevo movimiento independentista, dado su anhelo por volver a empuñar las armas hasta alcanzar la victoria y su desvinculación con la firma de ese acuerdo.

El 25 y 26 de agosto de 1879 estalla la Guerra Chiquita en Cuba con el alzamiento de importantes figuras patrióticas como los casos de José Maceo, Guillermón Moncada, Quintín Banderas y Limbano Sánchez, quienes se habían ganado un gran prestigio durante la Guerra de 1868.

En esa fecha, Calixto García aun se encontraba en los Estados Unidos y, en los primeros momentos, se notó la falta de la presencia del Jefe mambí en el campo insurrecto; no obstante, se luchó pero en circunstancias totalmente desfavorables y sin dirección; se había previsto una expedición con 82 revolucionarios, de los cuales solo poco más de 20 pudo salir de  Estados Unidos el 26 de marzo de 1880.

Ya en tierra cubana, García no puede impedir que los combatientes revolucionarios sean perseguidos y acosados, algunos son hechos prisioneros y otros caen en combate, pero no se rinden y continúan la lucha hasta que el 4 de agosto de 1880, luego de recibir garantías, se presentan a las autoridades españolas las cuales les perdonan la vida los destierran a España.

En la metrópoli, García permaneció 5 años y luego viajó a los Estados Unidos para ponerse al servicio de la Guerra Necesaria; luego de varios intentos frustrados de desembarco, logra poner pie en la isla en marzo de 1896 convaleciente de una afección pulmonar; no obstante, realizó una ingente labor organizativa y combativa con las fuerzas independentistas orientales, en especial en los departamentos de Holguín y Santiago de Cuba.

Luego de la caída de Antonio Maceo, el Gobierno de la República de Cuba en Armas, lo nombra Lugarteniente General del Ejército Libertador y  en 1897 dirige campañas ofensivas contra pueblos y ciudades de la provincia oriental, y tras quitar al enemigo algunos cañones, fue el primero de los generales mambises cubanos en usar la artillería en el asedio de una ciudad: Victoria de las Tunas, que cayó el 30 de agosto de 1897.

Al comenzar la intervención de los Estados Unidos en la guerra entre Cuba y España, en 1898, Calixto García expresó su desacuerdo con entregar el mando supremo de las operaciones a los norteamericanos, pero finalmente, acata la decisión del Gobierno Cubano en Armas y se somete a la dirección de los generales Shafter y Lawton.

Luego de la derrota naval del general español Cervera en las aguas cercanas a Santiago de Cuba y la toma de la ciudad por las tropas norteamericanas, el general Shafter, vuelto al mando de su Estado Mayor, prohibió la entrada a la ciudad a las tropas de Calixto García, quien escribió una carta de protesta, llena de dignidad y patriotismo, en la que desmintió que las tropas mambisas fueran a cometer desmanes contra los españoles ya rendidos.

Esta carta, y su actitud digna y patriótica ante las intenciones evidentes de dominación de la isla por las tropas de los Estados Unidos, hicieron que se le señalara como persona incómoda para los designios imperialistas norteamericanos.

Tomás Estrada Palma citó a Calixto García para acudir en Washington, como delegado del Ejército Libertador, a las conversaciones entre el Gobierno de la República de Cuba en Armas y el gobierno de los Estados Unidos y durante un banquete celebrado, supuestamente, en su honor, el 11 de diciembre de 1898, sufrió una apoplejía fulminante que le causó la muerte.