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La Cuaba

DISMINUYEN LAS LLUVIAS EN LA PROVINCIA CUBANA DE LAS TUNAS

Por Rafael Labrada Díaz

Luego de más de 15 días lloviendo diariamente en la provincia cubana de Las Tunas, las precipitaciones dieron muestras de un paréntesis, que los agricultores sabrán aprovechar muy bien para hacer sus siembras, en un suelo saturado de humedad.

Ahora la ocasión es buena para la siembra de viandas, hortalizas, tabaco, caña y granos, porque las condiciones permiten obtener una abundante germinación de las posturas y semillas, lo cual redunda luego en una elevada población de plantas en los campos de labranza, hecho que garantiza altos rendimientos de las cosechas.

En las tierras destinadas a la ganadería crecen los pastizales que constituyen una garantía alimentaria para los animales y por consiguiente las vacas incrementan la producción de leche y las reses destinadas al sacrificio aumentan su peso corporal, lo que proporcionará mayor volumen de carne por cabeza.   

El ganado menor se beneficia también con las lluvias, por cuanto estas contribuyen en forma decisiva al incremento de la hierba y otros medios de alimentación y ello favorece el crecimiento de los rebaños y la salud de los ejemplares.

Las presas aumentan el volumen de agua embalsada, lo cual resulta importante para garantizar el riego a los sembrados, y el hombre dispone de suficiente líquido para el consumo en las más diversas tareas de la producción y los servicios.

La mayor demanda de agua tiene lugar en las industrias, en los grandes centros asistenciales de la salud y en las zonas residenciales, y pese a que en cada lugar se adoptan medidas de ahorro, el gasto del recurso resulta elevado.

Entre las l4 provincias del país, Las Tunas es donde menos llueve, y  si bien en septiembre y octubre se han registrado continuas precipitaciones, en los meses anteriores la sequía afectó seriamente a la zona y hay localidades donde hacía un largo tiempo que no ocurrían lluvias.

Las fuentes de abasto de agua estaban casi agotadas, por lo que el líquido destinado al consumo humano se distribuía mediante el empleo de camiones que trasladaban el líquido desde puntos lejanos.

En Cuba históricamente ha existido una temporada de sequía, que comienza en noviembre y culmina en mayo, pero hace varios años esos períodos han sufrido cambios y las precipitaciones cada vez son más escasas;, por ejemplo, junio era uno de los meses más húmedos y ahora constituye un lapso de pocas lluvias.  

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